Ricardo Monreal no tiene dudas: asegura que será el candidato de Morena en la elección de 2018 para la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, elección en la que a su decir, nunca pensó participar políticamente, pero que hoy se aventura a afirmar que será el sucesor de Miguel Ángel Mancera.
En entrevista, el actual delegado en Cuauhtémoc adelanta que Andrés Manuel López Obrador coadyuvará en esa contienda y así evitará que un aspirante postulado por el PRD continúe despachando en el Palacio del Ayuntamiento como viene ocurriendo desde 1997.
“Fui gobernador de Zacatecas y seré jefe de Gobierno de la Ciudad de México, hay antecedente y se puede cumplir.” Cuauhtémoc Cárdenas ha sido el único ex mandatario estatal (Michoacán 1980-1986) y jefe de Gobierno del DF.
“Andrés Manuel y yo somos amigos, vamos a trabajar juntos en eso (aspiración en 2018), somos del mismo partido y estamos en eso”.
Monreal, ex priista, ex perredista y ex petista, no olvida a Martí Batres, dirigente de Morena en la Ciudad de México, y Claudia Sheinbaum, actual jefa delegacional en Tlalpan, quienes se mencionan también como posibles abanderados del partido al GDF en 2018.
“Ahí voy a estar y ellos me van a ayudar, lo aseguro”, enfatiza y descarta que exista alguna diferencia con Batres como se ha mencionado. “Ninguna, somos amigos, camaradas”.
El autodenominado precandidato al GDF presenta como referencia su mandato en Zacatecas (1998-2004) y dice que existe mucha similitud entre el cargo de gobernador y el de jefe de Gobierno.
“Son ejercicios de gobierno que si se actúa con honestidad, con rectitud, con eficacia, no hay distancia (…) es muy fácil indagar el trabajo de Zacatecas, la opinión que se tiene y aquí en el Distrito Federal no vamos a incumplir, vamos a cambiar las cosas”, garantiza.
El delegado de la Cuauhtémoc asegura que él, pero principalmente Morena, irrumpieron en el panorama político de la capital del país. “Irrumpió, nadie creía y Morena vino a terminar con el monopolio político-histórico del PRD”.
Reconoce que dependerá del “cumplimiento de compromisos” en la demarcación que gobierna desde octubre pasado para poder concretar su aspiración, de la que no tiene ninguna duda: “ahí voy a estar, en el (20)18 participando para construir una ciudad distinta”.
“Un cacicazgo (en la Cuauhtémoc) que no ha sido fácil combatir, pero no les tengo temor, he tratado de ser cuidadoso, respetuoso pero en el momento en que sea necesario también sé confrontar y sé cómo detener los intereses ilegítimos y perversos que pretendan frenar nuestro proyecto de beneficio en la delegación”, resalta.
Frente al kiosco Morisco de Santa María la Ribera, quien fuera senador, diputado federal y gobernador considera el pasado proceso electoral de junio en la delegación Cuauhtémoc como el más complejo que ha realizado en sus más de siete campañas de experiencia.