Partiendo de su separación amorosa con el artista Matthew Barney, Björk regresó a la escena musical para crear con el corazón en mano su más reciente disco Vulnicura, que detonó una gira que la ha desembarcado en varias partes del mundo, incluyendo la capital mexicana, donde estuvo por primera vez anoche en el Auditorio Nacional, ante 10 mil personas.
La cantante islandesa que se dio a conocer hace más de un cuarto de siglo ofreció un show conceptual dividido en dos actos, en los que los silencios y el respeto entre la artista y los asistentes fue esencial para crear una atmósfera entre cómplices, pues se solicitó que no se fotografiara ni se tomara videos del show por petición de la la intérprete. Todos respetaron al llamado.
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La comunidad de fanáticos de Björk por fin se veía las caras en territorio chilango, sin la necesidad de estar entre la naturaleza o espacios muy reducidos como comúnmente acostumbra. Esta vez, la compositora decidió llegar al recinto con una orquesta mexicana y un director de orquesta islandés y así presentarse con una máscara diseñada por James Murry, la cual cubría gran parte de su rostro.
El concierto comenzó con "Stonemilker", ante oídos atentos y manos que no cargaban celulares. Su show consistía en la introspección de sus letras, así como en la intimidad entre la música y el escucha.
"Gracias", decía en español una y otra vez al acabar cada una de sus canciones que le celebraban de sobremanera, entre asistentes mayores de 20 años de edad.
Sus canciones iban tal cual como aparecen en su disco. Siguieron "Lionsong", "History of Touches", "Black Lake", "Family" y "Notget", cada una con una historia diferente que es mejor explicada en su exposición temporal de realidad virtual, exhibida por 50 días en el Foto Museo de Cuatro Caminos hasta el 7 de mayo.
Björk fue venerada, por ser una artista de culto que cuenta una carrera prolífica en canciones, videoclips, películas y hasta exposiciones de arte que incluso se han montado en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
La cantante nunca había pisado la capital mexicana, pese a haber estado en festivales en Guadalajara (2007) y Veracruz (2012); sin embargo, hubo una gran recepción con los invitados.
Parecía un concierto de orquesta sinfónica en Bellas Artes, donde la civilidad imperaba. Su estética, estilo y actitud era respetada por quienes estaban ahí y por quienes la han definido como una artista en toda la extensión de la palabra.
La espera terminó. @bjork está de visita por primera vez en nuestro escenario. Hora de sentir y dejarse llevar. #BjörkEnAuditorio pic.twitter.com/vKGOuItX5B
— Auditorio Nacional (@AuditorioMx) 30 de marzo de 2017
Para la segunda parte, la cantante inició con "Aurora" y "I'v Seen It All", esta última de la película Dancing in The Dark con la que fue nominada al Oscar. Su trance de la vida amorosa quedó en pausa con canciones como "Joga", "Vertibrae" y "Bachelorette".
"Quicksand" y "Mouth Mantra" fueron los temas con el que cerró su espectáculo del disco Vulnicura por el que algunos llegaron a pagar hasta 12 mil pesos por estar en la primera fila.
El encore fue "Anchor Song" y "Plútó", para así despedirse de sus fanáticos, aunque ellos la podrán volver a ver en el Festival Ceremonia el próximo sábado, a donde prometió que todo será completamente diferente.
Agotan mercancía
La mercancía oficial de Björk se agotó en cuestión de minutos, tras la devoción de los fanáticos por la cantante islandesa en su primer concierto.
Los asistentes han comprado playeras, tazas y pósters que rondan entre los 350 y 150 pesos. Sus diseños son del arte de su más reciente disco Vulnicura, editado en 2015.
A las afueras del recinto también hubo mercancía no oficial que se consumía, pero no del mismo modo, ya que ésta no se agotó.