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“Estoy entre el mal llamado cine de arte y el cine comercial”

Dos generaciones sin puntos en común revaloran su presente y su futuro en Almacenados


El tiempo y la vejez son temas que comparten la obra de teatro Almacenados, de David Desola, y la filmografía de Jack Zahga. No es extraño que el cineasta centrara su atención en la pieza. La historia de la película homónima es, en principio, sencilla: un hombre mayor (José Carlos Ruiz) y un joven (Krystian Ferrer) protagonizan el relevo y choque generacional en términos laborales y personales. El resultado es un episodio que los confrontará con su presente y futuro.

Uno de los problemas que enfrentan los directores mexicanos es la continuidad. Sin embargo, usted ha conseguido mantenerse filmando. ¿Cuál es su fórmula?

Soy productor de las historias que quiero contar. Junto con mi hermano, fundé una casa productora: buscamos fondos e inversionistas privados. Todo es objeto de trabajo.

¿Qué lo atrapó de la obra de teatro?

Leí el guión y me interesó la pérdida del tiempo como tema. Me provocó angustia y quise hacerle justicia al tiempo muerto como objeto de reflexión. El tiempo es lo más valioso que tenemos porque es imposible de recuperar. Quería mostrar la falta de entendimiento generacional porque parece una constante de nuestros días.

Aunque se centra en la vida laboral.

Me gusta hablar del trabajo, pero de aquel que se hace sin gusto y simplemente para ganarse la vida. De alguna manera, me devuelve a la pérdida del tiempo.

Por obvias razones, es una película muy teatral: dos personajes, un espacio, mucho diálogo.

La película representó un reto gigantesco. Si bien la historia es sencilla en apariencia, queríamos contarla con una narrativa cinematográfica. Al tener tan pocos elementos, cualquier error de continuidad, iluminación y edición se hacía evidente. El minimalismo del proyecto no dio espacio para esconder los errores.

¿No era mucho riesgo sostener la película en los diálogos?

Teníamos un gran guión a nuestro favor. El resto era conseguir actuaciones honestas. Todo se basa en los personajes y su historia. Tuvimos cuatro semanas de ensayos y el fotógrafo Claudio Rocha estuvo presente todo el tiempo, porque necesitábamos una cámara que acompañara a los personajes y pasara casi desapercibida.

Su trabajo anterior fue una roadmovie y ahora se fue a lo opuesto: un filme casi claustrofóbico.

A nivel personal, me suponía un reto interesante. Una historia con esas características pone a prueba tu talento y experiencia. No es una película con elementos distractores como un paisaje bonito o personajes marginales. Me gusta hacer cine inteligente. Sin proponérmelo, estoy entre el mal llamado cine de arte y el cine comercial.

Parte de eso creo que se debe a que apuesta por llegar a las emociones del espectador.

Me gusta generar emociones profundas a partir de pocos elementos. Almacenados te hace pensar y, a la vez, sentir la claustrofobia que padecen los protagonistas.

Hablamos de espacio–tiempo, dos elementos que definen al cine como disciplina.

Por definición, el cine es una reflexión sobre el tiempo y en mi caso me ayuda a conectar con la gente; transmitir una idea, y contar cómo es la vida. Me gusta pensar que mis películas tienen cierta enseñanza que no sabes cuándo te servirá. Almacenados, por ejemplo, está pensada para los jóvenes. Muchas veces se les va el tiempo en criticar al gobierno, algo que sin duda es válido y necesario, pero también necesitamos entender que nos corresponde poner manos a la obra a la hora de pensar en el futuro.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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