En una rueda de la que cuelgan 100 pabilos, desde hace más de 30 años, Cirilo Aruajo Martinez y su familia elaboran ceras de manera artesanal, que se colocan en los altares para recibir a los fieles difuntos.
"Comenzamos hace más de 30 años, empezamos a trabajar con nuestros papá, nuestros tíos y de ahí ya se vino como una tradición hacia nosotros seguir elaborando lo que es la cera artesanal", dijo, en entrevista para MILENIO Estado de México.
En un taller ubicado en la delegación de Santa Cruz Atzcapotzaltongo al norte de Toluca, el proceso inicia a más de 58 grados, que es la temperatura promedio para trabajar la cera, la cual se calienta a fuego lento.
Después, se coloca la mecha en la rueda de metal y se baña la cera con la cera líquida más de mil veces para que alcance el grosor deseado, ya que se elaboran de diferentes tamaños.
"El proceso empieza con un pabilo de acuerdo al grueso o al tamaño es como se va formando la cera. La parafina es a 58 grados centígrados o 60 grados, es la temperatura que utilizamos para la cera no muy caliente, porque la deslavamos y tampoco fría, porque debe de llevar una temperatura correcta que es de 58 grados", refirió.
En promedio se saca unas 100 velas por aro y durante una jornada de más de ocho horas, con ayuda de su hijo, crean hasta mil 200 cirios.
El proceso para elaborar 100 velas dura 60 minutos, una vez que están listas del grosor deseado, comienza el terminado, el cual consiste en cortar con un cuchillo afilado el cirio por ambos lados y después colocarlo en un tubo para plancharla y eliminar imperfecciones.
"Se llevan tres procesos que es colgarlo, después, lo sacamos a prensilla, armamos una gasa la volvemos a voltear para su terminación total (...) Para quitar las imperfecciones pasa por una plancha. como se le conoce para que no lleve bordes y lleve un terminado más bonito y se le pone un sello, que es la marca de nosotros"

Suben ventas
Para este año, la demanda aumentó en este negocio familiar, pese a que incrementó la parafina que es su materia prima. Los festejos por el Día de Mueros son la temporada más alta para los artesanos, después de la Semana Santa.
"Las ventas van bien, subió un poco el precio de la cera como cada año por la temporada pero a diferencia de otros años como en la pandemia no subió tanto el producto subió un tres o un por ciento. Hay de varias medidas de un kilo está costando ahorita 80 pesos al público", manifestó.
El artesano explicó, que la de mayor demanda es la tres por kilo, dos por kilo, uno por kilo o en los tamaños pequeños, que se utilizan para los niños.
Su trabajo dice, es gratificante porque cada uno y dos de noviembre, contribuye a iluminar el camino de los difuntos hacia las ofrendas que les colocan sus familiares.
"En algunas ocasiones se decora, la vela especial para la gente que como tradición le pone a algún santo, la Virgen de Guadalupe, Sagrado Corazón de Jesús, San Judas Tadeo de acuerdo a lo que el cliente pida" señaló.
Para mí es un trabajo muy motivante, porque los difuntos llegan cada año y a alumbramos a nuestros seres queridos y es la luz perpetua y con nuestra cera loa ayudamos a guiarlos, cuando ellos llegan a visitarnos", finalizó.

EMG