Ciudad de México /
La invasión tiene a veces repercusiones nacionales, geopolíticas: dos años atrás, la fiebre del videojuego causó una dramática escasez de monedas en Japón, país donde siempre ha habido toneladas de calderilla. El tráfico de jueguecitos espaciales mueve más dinero en todo el mundo que el cine o la música. No caben dudas al respecto: los marcianitos nos han invadido.