Se puede argumentar que el régimen de prohibición de la marihuana es un motor de violencia inaceptable y crecientemente arcaico. Y es un hecho ineludible que, a paso lento pero firme, la idea de que la marihuana debe ser ilegal está perdiendo terreno de manera inexorable—y defenderla probablemente lo pone a uno en el lado equivocado de la historia y la ciencia. Pero pensar que los hechos de Villa Unión tienen como causa única y directa la prohibición de las drogas ignora la complejidad de los mercados ilegales y del comportamiento criminal. Por decirlo en términos simples, dejar de combatir la marihuana y a sus usuarios no implicará dejar de combatir a las personas y grupos que buscan poder y dinero ilegalmente. Vivimos ya en un mundo en el que los productores ilegales de marihuana están siendo desplazados por fuerzas de mercado y regulación.
Tres lecturas sobre Villa Unión
La muerte de 19 personas y las lesiones de cinco policías en un operativo en la sindicatura de Villa Unión, en el municipio de Mazatlán, Sinaloa, exige varias lecturas.
Ciudad de México /