La sesión extraordinaria de la Comisión de Hacienda —convocada para presentar el anteproyecto de Presupuesto 2026— se convirtió en un cerco político contra la administración del alcalde Luis Zenteno.
No fue una exposición técnica, fue un interrogatorio público. Regidores —integren o no formalmente la Comisión— tomaron la palabra una y otra vez para exigir lo que el gobierno no pudo ofrecer: explicaciones claras sobre más de 160 millones de pesos no ejercidos, pese a manejar un presupuesto anual superior a los 400 millones.
El dato es contundente y atravesó toda la sesión, pues el dinero sí llegó y la recaudación superó lo presupuestado.
Las participaciones federales y estatales fluyeron y aun así, más de 160 millones quedaron sin ejercer o sin comprobar frente a ese vacío, los regidores no guardaron silencio.
Edson del Toro: el subejercicio como evidencia de incompetencia
El quinto regidor Edson del Toro puso el dedo en la llaga con números en mano: si en 2025 se autorizaron alrededor de 392 millones y se recaudaron más de 423, ¿por qué hay más de 160 millones flotando? Cuestionó la incapacidad para reconducir recursos a tiempo y advirtió que cerrar el año con ese subejercicio no es prudencia financiera, es incapacidad administrativa. Su planteamiento fue directo: no se puede hablar de 2026 sin arreglar 2025.
Shadany Baños: aprobar sin información es simulación
La regidora Shadany elevó el tono político y señaló que no existe desglose suficiente por áreas, que los incrementos en nómina carecen de sustento y que pretender aprobar un anteproyecto sin información completa es una simulación.
Asimismo, cuestionó el aumento casi al doble del capítulo mil, cuando ni siquiera se ejerció lo autorizado. El mensaje fue inequívoco: no habrá cheques en blanco.
Lizbeth: el dinero público no es un experimento
La regidora Lizbeth fue aún más incisiva. Calificó de sumamente preocupante que, con 161 millones sin ejercer, el gobierno intente justificar movimientos de último momento.
También advirtió que no ejercer recursos no es ahorro, sino falla grave y lanzó la pregunta más incómoda de la noche: “¿en manos de quién estamos dejando el recurso público?”. Para Lizbeth, el subejercicio no es técnico: es político y es responsabilidad del gobierno.
Manuela Saldívar: sin participación ciudadana, el presupuesto no tiene legitimidad
La cuarta regidora Manuela Saldívar exhibió otra carencia estructural: la ausencia de presupuesto participativo. Propuso que el gasto de inversión se decida con la gente, recordando que la ley lo permite y lo ordena. Su intervención dejó claro que el problema no es solo cuánto se gasta, sino cómo y para quién.
Heraldo Galván y la nómina inflada
El primer regidor Heraldo Galván puso la lupa en el capítulo mil: 190 millones de pesos en nómina para 2026, sin claridad sobre plantilla, aguinaldos, apoyos y suficiencia real. Si en 2025 hubo sobrantes millonarios, ¿por qué incrementar el gasto corriente? La duda quedó sin respuesta.
Margarito Morales: la calle desmiente al presupuesto
Desde el territorio, el tercer regidor Margarito Morales describió avenidas destrozadas y “parches de tierra” como política pública. Su conclusión fue lapidaria: el presupuesto no se ve en la calle, y eso desmiente cualquier discurso de eficacia.
El golpe final: “prueba y error”
Si faltaba una confesión, llegó desde el propio gobierno. El director de Administración justificó el año con una frase que incendió la sesión: “fue de prueba y error”. Para los regidores, esa admisión explica —pero no excusa— por qué más de 160 millones no se ejercieron. Y abre una pregunta inevitable para 2026: ¿seguirán aprendiendo con el dinero de todos?
La sesión no dejó consensos; dejó evidencias. Los regidores —dentro y fuera de la Comisión— pidieron cuentas. El gobierno no las dio, pero aun así pide más presupuesto.
En Teoloyucan, el problema no es el monto del Presupuesto 2026, el problema es la credibilidad de quien lo solicita, porque cuando más de 160 millones se pierden en la inercia, el debate deja de ser técnico y se vuelve político.
JCC