El ex dirigente del PAN, Raúl Monter Ortega, a quien su partido y Fernando Canales le deben el triunfo de la gubernatura, al coordinar la campaña política, dijo que andan mal las cosas en esa institución.
“Le hice saber al dirigente nacional, José Alfredo Pérez Bernal, que en el PAN apenas hace poco luchábamos por la democracia afuera, hoy se vive el autoritarismo al interior”, indicó.
Es que, si bien es cierto que buscábamos el bien común, “los que se han adueñado del PAN, su lucha es por sus propios intereses, ni modo de eludirlo”.
Hoy en día, agregó Monter Ortega, Acción Nacional se parece a un hijo que ha caído en las drogas y se consume evasivo y alejado de la problemática social.
“Se han apartado los valores, convirtiéndose el PAN en un ente dañino para la sociedad…. porque corrompe, extorsiona y evade sus responsabilidades”, apuntó.
Dijo que existe una ola de indignación moral en contra de los métodos de acceso al poder, cuando la obligación del partido es tener la capacidad de expresar con fuerza la opinión pública.
“No rehuir a la lucha y responsabilidad de representarlos verdaderamente… el éxito de un partido no se cifra en la próxima campaña electoral y en la cantidad de representantes que hay en los puestos de poder”, especificó.
El éxito está en que la autocrítica constructiva debe llevar a ser la verdadera voz del pueblo, que beneficia y trabaja por una nación fuerte y ordenada.
El Partido Acción Nacional no fue diseñado para realizar luchas estériles donde todo está previamente pactado, consideró Monter Ortega, quien dirigió el PAN estatal de 1993 a 1996.
“Estamos haciendo lo mismo que el PRI y los otros partidos, acciones que censuramos severamente por años antes de llegar al poder”, resaltó.
Acción Nacional debe ser una fuerza organizada que al conquistar el poder se lo devuelve al pueblo, indicó.
“Los actores políticos de Acción Nacional han aprendido a trabajar usando rebaños de ocasión y de esta forma han obtenido sus cotos de poder”, precisó.
Otro grave error que destacó Raúl Monter Ortega, es que el triunfo se organiza sobre la base de un hombre o una mujer y no sobre la base de los principios de partido.
“Antes, desde la dirigencia estatal se analizaba y trabajaba en conjunto con los actores políticos para beneficio de la ciudad, hoy es una oficina sin voz, que ocasionalmente sirve para que en días como hoy tomemos café.
“Sin duda alguna estoy consciente, como lo dijo en una carta Gómez Morín a Vasconcelos, que ‘son momentos de acción y no de discusión’. Por eso estoy aquí para que emprendamos una verdadera cruzada a favor de la democratización interna del partido”, sostuvo.
