El régimen fiscal de Petróleos Mexicanos es quizá el elemento que mayores daños causa a la empresa. Al reducirle sus ingresos fuera de toda racionalidad económica, es muy claro que ninguna empresa del mundo puede resistir un régimen fiscal como este, por eso suenan ridículas las comparaciones que hacen los neoliberales entre Pemex y cualquiera de las principales compañías internacionales, como la Exxon Mobil, la British Petroleum o la Royal Dutch Shell, para justificar la ineficiencia de Pemex.
Otros dos elementos que han causado grave daño patrimonial a la parestatal mexicana, son por una parte los robos de gasolina de sus ductos y en las llenaderas de las refinerías, y por otra la denominada "gasolina pirata" que producen particulares.
Otro elemento es el contratismo que tiene cuando menos tres objetivos,1) La privatización de buena parte de las actividades, 2) Reducir el poder sindical para mantener disciplinada la fuerza de trabajo, al disminuir la membresía del STPRM y 3) el enriquecimiento de funcionarios de alto nivel.
La licitación de los contratos y su eventual asignación tienen formas de sesgarse, para convertirse en un simple medio de legitimar y hacer legal la entrega de los contratos a las grandes compañías, particularmente a las extranjeras.
Pues amañadamente al licitar se pueden poner condiciones que ninguna empresa mexicana pueda cumplir, como grandes volúmenes, fechas de entrega críticas, garantías elevadas, o tecnologías especializadas.
Muy recientemente se dieron a conocer las empresas que se pretende construyan la nueva refinería en Dos Bocas Tabasco y, según información periodística, todas las empresas seleccionadas por la Secretaría de Energía tienen antecedentes de corrupción con experiencia en sobornar funcionarios, como Odebrecht, a pesar de que López Obrador señaló que no permitiría que participaran empresas con malos antecedentes.
Y quizá el elemento más importante que persigue la entrega del patrimonio del pueblo de México, no sea la quiebra económica; sino la QUIEBRA MORAL, lograda mediante campañas de penetración ideológica, de desprestigio y prevaricación.
Finalmente, los cambios constitucionales y legales para realizar la reforma energética dan en la línea de flotación de Pemex, pues no han arrojado resultado alguno.
Pero tal vez el mayor problema de Pemex es su deuda de 2,3 billones y sus pasivos totales por 3,6 billones ambas cifras en pesos con datos del 2017.
Como se aprecia Pemex es una empresa bajo ataque por muchos flancos, que finalmente la han llevado a una quiebra técnica.