La bancada panista en el Senado demandó al PRI que responda por la corrupción de sus gobernadores, al asentar el coordinador Fernando que van a exigir que las conductas ilegales no queden impunes, como en los casos de los ex gobernadores de Tamaulipas, Veracruz, Chihuahua y Quintana Roo.
El líder panista en el Senado señaló que después de la inseguridad, la corrupción se ha convertido en el problema que más lastima a los mexicanos.
TE RECOMENDAMOS: En reunión del miércoles, PRI no definirá cómo elegir candidato
Por ello, más allá de condenar o expulsar a sus ex gobernadores corruptos, el PRI debe asumir la responsabilidad por las acciones u omisiones que pudieran vincularlo con los delitos o irregularidades cometidas por aquéllos, como las que se imputan al recién detenido, Eugenio Hernández, de Tamaulipas.
“La corrupción del PRI-Gobierno lastima al país y a los mexicanos, pero continúa imperando la impunidad”, reprochó el legislador.
“Odebrecht, el Socavón, la Casa Blanca, Javier Duarte, César Duarte, Roberto Borge, Eugenio Hernández y Tomás Yarrington son algunas de las credenciales de un PRI corrupto, junto con la de su dirigente Enrique Ochoa, quien se pagó una indemnización laboral onerosa, a cargo del dinero de los mexicanos”, insistió.
Al plantear que el ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte; César Duarte en Chihuahua y y Roberto Borge en Quintana Roo pasaron de ser “la nueva generación del PRI”, que el Ejecutivo federal presumió hace cuatro años a ser ejemplo, pero del grado de corrupción del priismo.
TE RECOMENDAMOS: A Anaya se le desmorona el PAN entre las manos: PRI
Fernando Herrera lamentó que en la actual administración priista, México ha ido deteriorando su imagen internacional, al ser percibido como uno de los países más corruptos, junto con países como Azerbaiyán, Honduras, Laos, Moldavia, Paraguay y Sierra Leona, de acuerdo con el Índice de Percepción de la Corrupción en el sector público de Transparencia Internacional.
De acuerdo con el informe, elaborado con informes de instituciones internacionales, como el Banco Mundial y Freedom House, México cayó 28 posiciones, al pasar del lugar 95 al 123, entre 176 países analizados en 2016.
OVM