En el contexto binacional sería ingenuo suponer que este nuevo despliegue de la Guardia Nacional tendrá alguna implicación positiva para México. Todo lo contrario: en el discurso del gobierno estadounidense, México ha dejado de ser referido como “un socio y aliado”. El despliegue de esta fuerza militar de reserva podría representar una medida de presión política contra nuestro país, pero dadas las condiciones actuales de opacidad en ambos gobiernos, resulta difícil inferir su intencionalidad. No sería exagerado interpretar este acto como una medida de presión, ya que las experiencias pasadas nos revelan su utilización como factor de negociación.
No es la Guardia Nacional en la frontera, es el contexto
El despliegue de la Guardia Nacional en la frontera con México ya fue usado en el pasado, tanto por George W. Bush como por Barack Obama, como medida de negociación política.
Ciudad de México /