El 13 de mayo de 2015 es una fecha que los colonos de la Ampliación Unidad Nacional y Los Pinos no podrán olvidar. Fue el día en que una tormenta dejó tres horas de intensa lluvia y anegó decenas de colonias en Tampico y Madero.
Ante la magnitud de las precipitaciones, fue activado el Plan DN-III de auxilio a la población civil en casos de desastre. Ahora las familias temen volver a vivir esa adversidad, pues observan condiciones que podrían detonarla.
Un grupo de vecinos encabezado por José de Jesús Rojano Rodríguez, señaló que la pesadilla parece haber quedado en el olvido oficial, sin embargo está presente en la mente de quienes la vivieron y buscan evitar que se repita.
Destacó que existen actualmente canales pluviales abandonados, cubiertos de residuos sólidos, aguas estancadas en descomposición y lirio acuático generador de mosquitos, lo que es un riesgo potencial en su sector.
La petición.
Urgió a limpiar los drenes de manera permanente para evitar otra amenaza de la naturaleza. Precisó que las áreas de mayor impacto en tiempo de lluvias se localizan en la periferia norte de Ciudad Madero, donde se observa un modelo urbano que refleja desatención ante eventos hidrometeorológicos.
Señaló que a lo largo de los años se ha investigado para abordar temas de vivienda, crisis urbana, imagen de la ciudad y calidad de vida de los habitantes, sin embargo, poco se ha hablado de la climatología de la zona metropolitana, específicamente en Ciudad Madero.
Ese factor, expuso, debe considerarse, pues hay que prepararse siendo un municipio sumamente expuesto a los embates de la naturaleza.
“En ese tiempo, de acuerdo con Protección Civil, Madero fue el más afectado por la precipitación que alcanzó un máximo histórico”, recordó José Rojano.
Dijo que esto evidencia aún hoy que, si las autoridades no conocen su climatología, no sabrán resolver los efectos adversos hidrometeorológicos.
La causa entonces fue el desplazamiento de un frente frío que provocó inundaciones severas en al menos 40 colonias de Tampico y Madero, resultando afectados más de 35 mil habitantes.
“Dicha eventualidad duró aproximadamente tres horas y fue un frente frío. En definitiva, si se desconoce a lo que está expuesta la zona ante el comportamiento de la naturaleza se originarán déficits urbanos, al tener escasas acciones radicales en drenes pluviales, lagunas y asentamientos improvisados en sus periferias”.
En ese sentido, apuntó que mediante la gestión y buen manejo urbano hídrico es posible mitigar lo que ocurra en los siguientes años, siempre y cuando se apliquen criterios sostenibles.
CGCH