Durante el Mes del Orgullo, los colores ondean en banderas, calles y redes sociales como una celebración de la diversidad. Pero para muchas personas bisexuales, este mes también puede ser un recordatorio incómodo: el de una identidad cuestionada e invisibilizada, incluso dentro de la propia comunidad LGBT+.
Sofía tiene 22 años, estudia Letras y se identifica como bisexual, compartió en entrevista con MILENIO su experiencia con la bifobia y cómo este es un fenómeno que se da incluso en espacios LGBT.

El doble borrado: bifobia fuera y dentro de la comunidad
La joven se asumió abiertamente bisexual desde los 13 años. Desde entonces ha enfrentado prejuicios y discriminación por ello.
"Muchas personas me hacían bullying. Muchas personas heterosexuales, sobre todo, nunca decían ‘ah, eres bisexual’, no, me decían, ‘eres lesbiana’. Nunca me lo tomé mal, pero no era cierto, también me gustan los hombres".
No obstante, los prejuicios no venían solo de personas heterosexuales, sino también dentro de quienes pertenecen a la comunidad. Ejemplo de ello es uno de los mitos más persistentes asociados a las personas bisexuales: el de la infidelidad.
“He escuchado que dicen ‘mucho ojo, porque es bisexual’. Como si por serlo fueras más propensa a ser infiel. Y eso no tiene nada que ver. Si eres infiel, eres infiel”.
Un estudio del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)
muestra que más de la mitad de las personas LGBTI+ en el país se identifican como bisexuales, y que el 68.3 por ciento de ellas son mujeres. A pesar de representar la mayoría estadística, las personas bisexuales siguen cargando con estigmas que van desde la supuesta confusión hasta la traición.
Sofía recuerda que cuando comenzó a salir con mujeres, muchos hombres le dijeron frases como “yo te puedo voltear”. También perdió amistades. Incluso hoy, que mantiene una relación sentimental con un hombre, siente que hay quien la considera “menos queer”.
“Tuve una época en la que sí me sentía impostora en la comunidad porque tengo novio. Pero entendí que la persona con la que estoy no me define. Estoy aquí por todo lo que viví. Nadie tiene derecho a decirte si eres o no eres”.
En estas experiencias ha percibido rechazo a personas autoidentificadas como bisexuales, provocando así un malestar por sentir que no podía pertenecer plenamente a algún grupo:
"No eres lo suficientemente gay como para estar en espacios LGBT. Tampoco soy lo suficientemente hetero para estar en espacios heteros. Entonces es muy difícil, la verdad."
Este tipo de vivencias no son aisladas. Según la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (ENDISEG-WEB 2022), el 80.3 por ciento de las mujeres bisexuales en México han sufrido algún tipo de rechazo social con humillaciones o insultos debido a su orientación.
¿Una comunidad más conservadora?
En marco a las celebraciones por el mes del Orgullo, Sofía reflexionó lo que ha significado para ella ser parte de la comunidad:
“Para mí siempre ha sido un motivo de orgullo ser bisexual porque fue un proceso súper horrible para mí vivir como niña abiertamente bisexual, pero siempre sentí que podía respaldarme en mi comunidad, en otras personas gay, pero ahora siento que es muy agresivo”.
El motivo por el que se presentan actitudes de rechazo o invisibilización dentro de la comunidad, en su opinión, es porque el mundo, de forma general, se ha vuelto más conservador y esto ha tenido un impacto en personas queer, retornando a moldes fijos como los del género, por ejemplo.
“El mundo en general se ha vuelto más conservador. En la comunidad también hay algo de eso. Ya casi no hay entremedios. Y es muy triste porque justamente muchas identidades LGBT existimos en los entremedios. [...] Hay algo muy fuerte de ‘o eres o no eres’, ¿sabes? Y no hay tolerancia a aquellas identidades que no están en una caja”.
Esto último no es casual. A nivel global, encuestas recientes, como la que realizó Ipsos para el estudio de mercados, han detectado una tendencia al conservadurismo entre los hombres jóvenes de la generación Z, mientras que muchas mujeres jóvenes, como Sofía, se vuelven más progresistas.
En paralelo, el auge de la extrema derecha con la llegada al poder mandatarios como Donald Trump, Jair Bolsonaro o Javier Milei ha reforzado discursos tradicionales incluso dentro de comunidades que antes se asumían más abiertas.
El Orgullo también es memoria
Tras el mes del orgullo, Sofía tiene claro que éste no debe reducirse a fiestas o marketing multicolor. Para ella, estas fechas también invitan a reflexionar sobre la historia, las luchas y los retrocesos actuales de la comunidad, como el aumento del estigma hacia el VIH, la transfobia, la bifobia y la presión por encajar en etiquetas fijas:
“No solo hay que celebrar, está bien, a mí me gusta hacerlo, pero creo que también es importante tener presente las problemáticas que vivimos como personas LGBT. Y creo que muchas personas queer olvidamos nuestra historia y todas las luchas que nos han dado lugar y que nos han permitido ser más libres.”.
Al final de la entrevista, reflexionó sobre lo que le gustaría que los demás entendieran sobre la bisexualidad:
"Hay personas que existimos en los entremedios, no todo es negro o blanco. Hay personas que vivimos en una escala de grises. No es algo extraordinario, no es algo que sea bueno o malo. Muy pocas cosas en la vida son o blanco o negro, un sí o no, no es tan fácil."
AH