Sin importar la oscuridad, los rayos del sol, las altas temperaturas o frías noches, incluso que los pies comienzan a doler o ampollarse; cada uno de los kilómetros recorridos vale la pena por los feligreses para llegar a la casa de la Virgen del Rosario en Talpa de Allende, Jalisco.
Miles de familias acuden en grupos de todas las edades como parte de una tradición de años, identificados con playeras de distintos colores, uniformados y con la imagen de la virgen en sus espaldas.
Tal es el caso de la familia Cárdenas Gómez y de la Comunidad de San José de Tateposco municipio de Cocula, Jalisco, que se hicieron presente de nueva cuenta este año, tras las restricciones del covid-19.
“Ya llevamos con este día, llevamos dos días y medio, venimos de acá de lado de Ameca; un lugar que se llama a Los Morillos del municipio de Ameca y la familia que venimos es Cárdenas, Navarro, Gómez. Ahora cuando empezó la coronavirus paramos y ya como que volvemos a empezar devuelta renovar esto, pero si nos gusta hacer esto de corazón”, explicó José Cárdenas.
“Ya nuestra tradición yace de muchos años, pero yo ahora cumplo 17 años, pues un gran significado, porque pues se necesita de muchos sacrificios y sufrimiento se podría decir para venir a dar gracias a nuestra virgencita del Rosario de Talpa. Caminamos cinco días y pues si es algo muy cansado, muy pesado, pero vale la pena la verdad estar aquí, mientras Dios y la virgen me lo permitan aquí voy a seguir”, dijo por su parte Yalid, potra de las peregrinas de esta familia.
Todo esto como parte del recorrido de la manda, la tradición y la devoción, en la Ruta del Peregrino que comienza en Ameca y termina en Talpa de Allende, divida en las siguientes Jornadas:
- 1.- Ameca – Lagunillas (23 kms.)
- 2.- Lagunillas – La Estanzuela (19 kms.)
- 2.- La Estanzuela – Atenguillo (24 kms.)
- 3.- Atenguillo – Jacales (17 kms.)
- 4.- Jacales – Talpa de Allende (27 kms.)
MC
