La casa sidrera Santa Cruz tiene cuatro generaciones de tradición, pero sigue innovando su receta tradicional para llegar a otras audiencias, tal fue el caso de que mezclaron la sidra con frutas y ahora son la sensación de nuevas generaciones.
En entrevista con Óscar Morales, gerente de ventas y cuarta generación en la elaboración de Sidra Santa Cruz comentó que recibió la tradicional receta heredada de su bisabuelo, pero junto a sus hermanos decidieron agregar diferentes frutas para mejorar su producto.
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La sidra comienza en Huejotzingo en 1932, con la llegada de migrantes chilenos que se asentaron en el municipio, sin embargo, fue hasta 2017 que se atrevieron a modificar la receta de la línea rosada y natural que eran las únicas existentes hasta ese momento.
Lo que Óscar y sus hermanos hicieron fue agregar diferentes licores de frutas, tal es el caso que hoy podemos encontrar saborizadas con durazno, maracuya, arándano, frutos rojos y pera, mismos que se están convirtiendo en la sensación de los más jóvenes.
Para elaborar las sidras en la casa Santa Cruz realizan el proceso tradicional para esta bebida que es extraer el jugo de la manzana y dejarlo fermentar por 15 días, pero han podido implementar una segunda fermentación.
Posteriormente, se deja maserar por prácticamente un año para que el jugo pueda utilizarse, posteriormente se gasifica, cristaliza y también se endulza para que se le de el acabado similar a una champaña. En cuanto a las líneas frutales, se tienen que dejar un año adicional de añejamiento y se agrega la receta secreta dependiendo de la fruta.
Las sidras frutales han cumplido con su cometido hasta el momento que es llegar a públicos diferentes, pues anteriormente solo llegaba la gente mayor a comprar, pero ahora también los más jóvenes acuden por una buena sidra.
En la casa sidrera Santa Cruz en promedio se embotellan hasta mil cajas por mes, pero a partir de la segunda mitad de noviembre se eleva su producción hasta cinco mil cajas hasta que finalice el año.
AAC
