Gerardo Varela Chino, un hombre que diariamente debe cruzar el puente de San Juan Bosco, para laborar como jardinero en un clúster de Lomas de Angelópolis, arriesga su vida, por necesidad, durante esta temporada de lluvias; “Me encomiendo a Dios para regresar con mi familia, este trabajo es para sacar adelante a mi niño de un año”, así comenzó su relato.
Exponiendo su vida, aferrados a las estructuras del puente, es como cientos de poblanos acortan su camino para atravesar de la colonia jardines San Juan Bosco a la zona residencial de Lomas de Angelópolis para trabajar como jardineros, carpinteros, guardias, niñeras, entre otros oficios.

La rutina de Gerardo inicia a las seis y media de la mañana, diariamente camina 40 minutos para llegar al clúster en donde trabaja como jardinero. Su mayor motivación para levantarse de la cama todas las mañanas es su hijo de un año y medio, y su esposa.
“Yo camino todo eso del puente, pero cuando se logra inundar [...] exactamente el agua llega hasta arriba y hasta han regresado a varias personas cuando se inunda el puente y ya no se puede pasar”, dijo uno de los afectados en entrevista para Multimedios Puebla.

Sin seguro médico, prestaciones de ley, y con una remuneración menor al salario mínimo, es la situación en la que la mayoría de los trabajadores y trabajadoras fueron contratados. Para llegar, arriesgan su integridad, se mojan y se las ingenian para atravesar dicho fragmento. Además, en caso de que lleguen tarde, sus patrones les piden reponer el tiempo no laborado.
“Yo camino exactamente en el puente, pero cuando se logra inundar a veces se moja uno, luego nos rebalsamos y hasta se han caído”, señaló el señor Gerardo Varela.
Cabe destacar que, el nivel del agua del Río Atoyac rebasó su capacidad máxima en este sitio, lo que complica el paso a los trabajadores. El suelo resbaladizo, la lluvia y las estructuras mojadas, son solo algunos de los riesgos que encuentran en su camino.

Otro de los casos, es el de don Miguel, quien tiene que pasar diariamente con su bicicleta para vender su leche, y refiere que no hay luminarias en todo el camino, por lo que han sido víctimas de asaltos, además de que no hay vigilancia en estos límites.
“Pues sí, nos da miedo, pero ¿qué podemos hacer? Las autoridades no hacen un puente más grande y más ancho, así lo dejan y arriesgarnos pasar así, ya que no nos queda de otra. Solamente lo que Dios diga, porque ya nos acostumbramos, son años que pasamos por acá, pero, pues, un día de tantos, cuando llega el agua hasta arriba, ya no la vamos a librar”, refirió.

Por dicha situación, los afectados pidieron a las autoridades municipales y estatales atender el problema de esta zona, ya que, es el único paso peatonal para cruzar desde esta colonia. Además, destacaron que el camino es estrecho y riesgoso para cualquier persona.

CHM