Monterrey /
Una vida de carencias y abusos lo motivó a buscar nuevos horizontes para él y su familia.
Luis Eduardo Rivas, es un migrante venezolano que lo da todo por sus tres hijos: Fernando, Gabriel y Dilan.
En su lugar de origen, trabajaba como empleado de una empresa de lácteos en donde ganaba lo equivalente a 2 mil pesos mensuales.
Junto a su esposa María Fernanda, el joven padre de 25 años ha atravesado ocho países en busca de una mejor vida.
“Como lo que siempre me he dedicado en mi tierra, en el campo y muchas cosas que uno ha aprendido en el camino con la construcción y uno más adelante verá qué será lo que le toca”.
Se describe así mismo como una persona amorosa que alcanza sus objetivos sin importar las adversidades. Luis, considera que ser papá es lo mejor que le ha pasado.
“Arriesgar lo que más queremos, que serían nuestros niños porque es nuestro orgullo, porque tener un niño es una felicidad muy grande”.
Aunque son momentos difíciles, por ahora la lucha por conquistar el sueño americano y darles una mejor calidad de vida es su único objetivo.
