En Jalisco existen más de 300 carpetas sobre abusos de ex parejas, después de estas, está la de Lucía Rosales una mujer que lleva meses en un proceso legal para recuperar a su hija quien fue sustraída por su ex pareja, un hombre violento con historial de amenazas, abandono y denuncias por agresión.
El caso de Lucy, una mujer desesperada, luchando contra su ex pareja por recuperar a su hija, no es aislado…
“La verdad estoy súper preocupada por el hecho de que la espera es bastante, sabemos que los jueces tienen la última palabra y son los que deciden todo el sistema, pero desgraciadamente tienen demasiados casos que a uno la espera es demasiado.
“Me siento amenazada porque es un hombre que amenaza, es un hombre que es violento, que usa armas, es un hombre que no es padre”, compartió.
La situación que hoy vive Lucy expone con crudeza las deficiencias del sistema judicial ante las demandas de mujeres víctimas de violencia, especialmente cuando se trata de protección para sus hijos.
“Y ese proceso de juzgados es pesadísimo, porque es ir semanas tras semanas tras semanas a ver cómo va tu caso, a ver cómo va caminando, a ver si ya ahora sí nos dan la orden y no, pues que no nos la dieron y es que faltan que me traigas a dos testigos porque te tardaste”, dijo.
Su testimonio revela un patrón alarmante: juzgados saturados y trámites eternos que ignoran la urgencia de casos donde está en riesgo la integridad física y emocional de mujeres y menores.
“Por la urgencia de una menor, de que está en riesgo su salud, su vida también, entonces ha sido un proceso larguísimo, café tras café, que te digo, es esperar y esperar y volver a ir”, señaló.
A pesar de presentar pruebas contundentes: desde informes médicos hasta constancias escolares, el juez aplaza la restitución bajo el argumento de tener "300 carpetas pendientes".
“Yo entiendo que como juez tiene mucho trabajo, pero porque no, el énfasis que yo quiero aquí poner entre el juez y muchas carpetas es que hay que ver cuál es la urgencia de una, porque no todos los casos pueden ser igual, o sea hay unos casos que a lo mejor pueden tener una espera a lo mejor, a lo mejor mi caso era más rápido poder sacar una restitución por una menor”, dijo.
El relato de Lucy destapa cómo las instituciones revictimizan a las mujeres: evidencia una falta de protocolos claros para priorizar casos de violencia de género, donde cada día de espera puede ser catastrófico.
“Me siento vulnerable porque se tardan muchísimo y todos los casos yo sé que son importantes, pero hay que priorizar los que son mayores, que puede haber una tragedia, estoy hablando de la vida de mi hija, de lo que ella expresa, de lo que yo expreso de mi vida, ¿cuántas mujeres vamos a tener que morir o que nos pase algo por algo así?”, sentenció.
MC