México es mundialmente conocido por su variedad y calidad gastronómica, siendo considerada desde el 2010 como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Siendo el mes Patrio, MILENIO se dio a la tarea de visitar el restaurante Chalons y degustar uno de los platillos más representativos del país: los chiles en nogada.
Existen diversas versiones sobre su origen, pero en todas apunta a que este exquisito plato fue inventado en Puebla. Algunas personas creen que por las monjas agustinas del convento de Santa Mónica aprovecharon los productos de temporada para preparar un guiso que llevara los colores patrios: verde, blanco y rojo. Mientras otras describen la misma situación pero con tres novias que lo idearon preparar en celebración a sus enamorados soldados al concluir la Independencia.
Como se conoce la receta tradicional de los chiles en nogada, se debe cocer el relleno compuesto por carne molida de res y de cerdo, especias, frutos secos y fruta cristalizada (manzana y pera). Después, se rellena el chile poblano sin olvidar que debe encontrarse caliente, para después colocar encima la nogada temperatura ambiente. Dicha nogada hecha a base de nuez de castilla, queso de cabra, jerez y algunas especias. Para rematar con la decoración conmemorativa con los colores de la bandera de México: la granada y el perejil.
Christian Díaz De León, chef ejecutivo de Holiday Inn & Suites Plaza Mayor, y quien lleva 10 años especializado en gastronomía mexicana explicó paso a paso la receta no solo de los tradicionales chiles en nogada, sino también dos variantes innovadoras: pizza y raviolis en nogada. Platillos que fascinan a los clientes del recinto y ofrecen creatividad a la hora de la comida.
VARIANTES EN NOGADA
La pizza en nogada es la favorita de Christian, porque permite jugar con los ingredientes y poner creatividad. Se usan los mismos ingredientes: el relleno, el chile, la nogada y los decorativos, pero se agregan además: el pan pita (base de la pizza), el queso y la salsa verde.
Con el pan pita cocido a fuego lento con la intención de que su textura sea crocante, la salsa de tomate y chile poblano se vierte por encima sin dejar huecos en la superficie. Esta salsa verde es muy similar a la usada para saborizar los chilaquiles, y se unta para que se hidrate muy bien la base a la hora de ser horneada.
Se coloca por encima la nogada, el relleno tradicional y el chile poblano, que en este caso se es presentado en forma de rayas para beneficiar la estética del plato. Y para darle un toque especial, indispensable en la pizza, se incluye la mezcla de queso mozzarella y manchego por encima de los demás ingredientes.