Al fin el día llegó. Ese momento que Jaqueline Cruz Marín había esperado por cuatro años y medio. Abordada por miles de emociones, y con una felicidad indescriptible por cerrar un nuevo ciclo de su vida, mismo que le abrió puertas y le dejó en el recorrido a personas increíbles.
La joven universitaria no pudo evitar la nostalgia, pues una parte importante de su vida terminaba, y no encontraba la forma adecuada de decir adiós; y pensó en una forma de honrar el momento tan especial que se avecinaba, pues por fin recibiría su título universitario.
Durante años, Jaqueline pensaba en ese momento, ¿qué usaría? Pues, quería algo especial para hacer que ese momento fuera perfecto, y sabía que solo existía una forma de hacer eso realidad.
"Comenzó a sonar mi celular, eran mis amigos felicitándome y compartiendo esos momentos inolvidables que marcaron la universidad; con una sensación extraña en el pecho empecé a arreglarme", refiere.
Nacida en la ciudad de Matías Romero Avendaño, Oaxaca, Jaqueline afirma que su corazón sigue latiendo al ritmo de la Sandunga, melodía tradicional del Istmo de Tehuantepec, así que ahora al titularse de la carrera de Comunicación de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), decidió honrar a Oaxaca y vestirse de tehuana.
"Soy una chica orgullosamente istmeña, nacida en la hermosa ciudad de Matías Romero Avendaño, Oaxaca, y aunque llevo la mayor parte de mi vida en Puebla, mi corazón sigue latiendo al ritmo de la Sandunga, y quería que al recoger mi título universitario, no solamente yo fuera consciente de esto. Con el corazón latiendo a mil por hora, empecé a arreglarme. ¿Estás lista? Preguntó mi mamá, solo asentí y levanté los brazos para que me ayudara a ponerme ese hermoso huipil rosa, adornado con flores bordadas que hacen que luzca más la belleza del traje; nunca me había sentido tan feliz de vestirme de tehuana."
La mamá de Jaqueline la ayudó a vestirse y complemento el atuendo de su hija con un tocado de flores que hacía juego con los colores del traje. Entonces empezó el viaje. La futura titulada, acompañada de su familia, compuesta por su hermano y sus papás, llegó a las instalaciones de Ciudad Universitaria (CU) de la máxima casa de estudios en Puebla.
Con las manos sudadas, Jaqueline dio un último vistazo a su celular, que marcó las casi 12:20 horas del día, momento que marcaría el final de lo que ella define como su etapa favorita.
"Mientras caminaba podía sentir las miradas de las personas que estaban a mi alrededor, alguna que otra sonrisa. Vengo por mi título, dije y me pidieron esperar un momento para entregarme los documentos, el tiempo pasaba tan lento, tenía la boca seca y podía escuchar los latidos de mi corazón."
Momentos más tarde, la chica originaria de Oaxaca habría cumplido un sueño más y estaría por tocar la campana que marcaba que se había titulado.
"¿Jaqueline Cruz Marín? Dijo la señorita de la administración, me puse de pie y me acerqué con las piernas temblorosas. Firme aquí y será todo, dijo. Ahí finalizaba, la gente a mi alrededor me observaba mientras yo trataba de controlar mi mano para poder firmar; me entregaron mis documentos y entonces la vi, esa campana que siempre soñé con tocar, vi esa rutina tantas veces, y siempre imaginé que se sentiría hacerlo, y hoy por fin iba a descubrirlo."
La joven universitaria por fin sería licenciada en Comunicación y se dijo encantada por unir sus dos mundos, pues para ella era una forma de llevar consigo su cultura y a su familia.
"Eran poco más de 12:30, estaba parada junto a la campana, viendo a mi familia y sintiendo que cada segundo era perfecto, bajé la mirada para verme vestida de tehuana, y en ese momento lo supe, fue la mejor decisión, unir mis dos mundos, llevar cerca a mi familia y mi cultura; y entonces el sudor se fue, mi cuerpo dejó de temblar y mi corazón comenzó a latir con normalidad. Toqué la campana, la gente comenzó a aplaudir y a felicitarme. Era oficial, esta istmeña se había convertido en licenciada en Comunicación."
CHM
