El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) hace un llamado a la población para desarrollar rutinas saludables y hábitos que fortalezcan la salud mental durante todo el año, debido a que durante la temporada decembrina se agudiza la manifestación del síndrome estacional de fin de año.
El síndrome estacional de fin de año genera respuestas en el cuerpo y el cerebro ante diversos estímulos. Si bien, elementos como la luz del sol, los adornos o los productos navideños suelen ser positivos, existen factores como el clima frío, la publicidad o ciertos recuerdos pueden provocar una reacción negativa, como nostalgia, ansiedad o depresión.
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El IMSS explicó que la temporada navideña en la infancia, por lo regular, es sinónimo de alegría; sin embargo, en la etapa adulta, las pérdidas de los seres queridos pueden activar sentimientos de melancolía.
Se detalló que algunas personas son más susceptibles a los factores emocionales y biológicos propios de la época, como los cambios estacionales, la menor exposición de luz solar y las bajas temperaturas, lo que puede generar tristeza, incluso sin una causa plenamente consciente.
Ante este síndrome, se recomendó a la población trazar metas y propósitos para el nuevo año; puede ser una estrategia positiva si se establecen objetivos claros, medibles y realistas. Estas metas contribuyen a un bienestar mental saludable y proporcionan motivación para el futuro.
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Se destacó que, ante síntomas de ansiedad o depresión, es importante diferenciar entre episodios transitorios, que pueden manejarse con psicoeducación, y situaciones que generan un malestar significativo que afecta la vida diaria y requieren atención profesional.
Desarrollar buenos hábitos es esencial para mantener una salud mental sólida; realizar actividad física y mantener una alimentación balanceada son pilares fundamentales. Por el contrario, la falta de estos hábitos puede dificultar el logro de objetivos y afectar negativamente el estado de ánimo.
El IMSS dio a conocer que cuenta con áreas de medicina preventiva donde el personal está capacitado para identificar y atender crisis emocionales a través de entrevistas y cuestionarios; se realiza un tamizaje para determinar el tipo de atención necesaria y ofrecer servicios oportunos y de calidad, que pueden incluir tratamientos farmacológicos y terapia de acompañamiento.
