La señora Raquel Linares tiene más de 40 años viviendo en la calle Paseo del Río Lerma de la zona Centro de Salamanca y siempre ha batallado con el agua de las lluvias, que literal, se mete hasta su cocina que está hecha con base de madera.
Si bien el agua del río no se sale porque está protegida por un bordo, su calle, que está a un costado del mismo en la parte de abajo, no está pavimentada, y peor aún el drenaje no sirve y se inundan hasta adentro de sus casas.
La última lluvia fuerte les cayó por aquello de las 12 de la media noche y junto con su esposo, que está recién operado de la próstata, ambos de la tercera edad, sacaron el agua a cubetadas durante dos horas.
"La tenemos bajita (la cocina) y cuando llueve bastante pues si se nos mete toda la de aquí y como no da abasto el drenaje si se nos mete toda hasta adentro y como la cocina la tengo muy bajita pues si me llega el agua hasta aquí (abajo de la rodilla)", dijo.
Lo mismo pasa con otros vecinos de la zona, que incluso han denunciado a las autoridades municipales la posible caída de dos árboles que miden casi 30 metros, pero no les han hecho caso.
