Un total de 16 cadáveres fueron localizados sepultados en una fosa clandestina del municipio de Tonalá, entre las víctimas se reportan dos mujeres.
Los trabajos de extracción de los restos humanos comenzaron la mañana del lunes, al filo del mediodía, luego de que un ciudadano de manera anónima realizó una llamada al número de emergencias 911, para alertar de un cuerpo sin vida sepultado en un terreno ubicado en la calle Agua Santa María al cruce con Agua Clara.
Elementos de la Policía Investigadora y de la Fuerza Única Jalisco arribaron al punto. Los uniformados percibieron dentro del terreno bardeado, que la tierra estaba removida, de inmediato acordonaron el lugar para preservar los indicios, y después, pidieron la presencia del Ministerio Público, Peritos del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) y bomberos del municipio de Tonalá.
El personal del IJCF y los bomberos tonaltecas, utilizando picos y palas, cavaron un pozo de más de dos metros de profundidad, fue entonces que los cuerpos quedaron al descubierto.
Personas que buscan a un familiar desaparecido, al conocer la noticia, acudieron a la colonia Agua Escondida, las autoridades les permitieron observar los cuerpos para ver si entre los restos estaban los de sus seres queridos ausentes, sin embargo, ninguno fue identificado.
Se tiene conocimiento que los cuerpos tienen al menos un mes de evolución cadavérica. Entre las víctimas se encuentran dos mujeres.
Los vecinos de la colonia aseguran que los muertos no radicaban en Agua Escondida, ya que no tienen reportes recientes de personas desaparecidas.
La noche del lunes las autoridades suspendieron los trabajos de búsqueda, que fueron reanudados poco después de las 08:00 de la mañana del martes.
Los peritos inspeccionaron un terreno ubicado frente al sitio donde fueron hallados los primeros cadáveres, ante la sospecha de más personas sepultadas de forma clandestina.
Alrededor de las 10:30 de la mañana, una retroexcavadora ingresó al segundo predio. La maquinaría removió una buena cantidad de tierra.
Tres peritos del IJCF vestidos con trajes blancos de plástico, especiales para manipular materiales peligrosos, cavaron un pozo y retiraron la tierra con la ayuda de dos tambos negros, mientras que, policías estatales, encajaban una varilla de metal para detectar olores fétidos.
Mientras esto sucedía, una veintena de vecinos observaban detenidamente los trabajos de las autoridades, una mujer aseguró que nunca notó movimientos extraños en el predio donde fue hallada la fosa.
Hace unos años, la colonia Agua Escondida, en Tonalá, se llamaba La Cartonera, ya que la mayoría de las casas asentadas en la zona, habían sido construidas con retazos de cartón y techos de láminas viejas.
Los predios son de origen ejidal. La colonia carece de los servicios básicos: alumbrado público, agua potable y muchas fincas no tienen drenaje, las calles son de tierra, difíciles de transitar en vehículos y a pie ni se diga.
La delincuencia ha tomado las calles, la gente se impuso un toque de queda, a las nueve de la noche nadie sale de sus casas ante el temor de ser asaltados.
La policía de Tonalá pocas veces patrulla Agua Escondida, a pesar de que la academia policial a donde acuden a capacitarse gendarmes estatales y municipales, se ubica a dos kilómetros de distancia.
SRN/GPE