La violencia en Sinaloa no solo persiste, sino que ha mutado. Desde septiembre de 2024, la disputa entre facciones del Cártel de Sinaloa, ha derivado en un conflicto con tácticas cada vez más parecidas a una guerra de guerrillas: drones con explosivos, vehículos blindados de forma artesanal, desplazamientos "preventivos" y una serie de ataques de manera recurrente.
Hallazgo de artefactos explosivos caseros
La mañana de este jueves 15 de mayo, elementos del Ejército mexicano localizaron y desactivaron un artefacto explosivo improvisado en la sindicatura de Aguaruto, al poniente de Culiacán.
Se trataba de un cilindro sospechoso escondido en un campo agrícola. Aunque no se dieron detalles sobre su composición, este tipo de artefactos —conocidos como IED, por sus siglas en inglés— suelen estar hechos de manera casera, pero pueden ser igual o más peligrosos que los explosivos militares por lo impredecibles que resultan.
Son dispositivos que han sido utilizados por grupos criminales o insurgentes, sobre todo en contextos de violencia como el que se vive actualmente en algunas zonas de Sinaloa.
El hallazgo se dio gracias a una llamada anónima al 911, lo que movilizó de inmediato al Grupo Interinstitucional, integrado por elementos del Ejército, Guardia Nacional, Marina, FGR, Fiscalía del Estado y Seguridad Pública estatal.
Pero no fue el único caso del día. También en Navolato, en la comunidad Alfredo Valdez Montoya, se reportó otro artefacto con características similares. Y como si no fuera suficiente, en el sur del estado, en el poblado Pánuco del municipio de El Rosario, fue detectado y derribado un dron que al parecer realizaba labores de vigilancia aérea.
Ataques y desplazamientos forzados en Sinaloa
Estos hechos se suman a una serie de incidentes que han encendido las alertas en la región. Uno de los casos más recordados ocurrió el 3 de diciembre del año pasado, cuando un dron con al menos un explosivo destruyó una camioneta en La Limita de Itaje, también en Culiacán.
En esa misma zona, el 3 de abril de este año, militares fueron atacados nuevamente con un artefacto similar, resultando herido uno de ellos.
Además del uso de tecnología para ataques a distancia, los grupos criminales han reforzando su poder de fuego en tierra. Este mismo 15 de mayo, autoridades aseguraron cuatro vehículos con blindaje artesanal en el ejido Los Cascabeles, sindicatura de Costa Rica. Las unidades fueron puestas a disposición del Ministerio Público Federal.
A la par de estos operativos, se informó sobre la destrucción de 23 artefactos explosivos en Culiacán y Choix, como parte de una jornada de neutralización encabezada por personal capacitado en manejo de explosivos.
Pero los daños no solo se miden en equipo asegurado. La guerra entre estos grupos ha tenido un costo humano profundo. Según cifras del Observatorio de Desplazamiento Interno, entre septiembre y noviembre de 2024 más de 4 mil 400 personas fueron desplazadas en Sinaloa, principalmente de zonas rurales.
Datos oficiales más recientes de la Secretaría de Bienestar estatal confirman que mil 174 familias abandonaron sus comunidades por prevención, ante el temor de quedar atrapadas en el fuego cruzado. Aunque un gran número regresa a sus comunidades tras pasar los hechos violentos, el temor se queda instalado de manera permanente.
¿Cuáles son los sectores afectados por esta guerra?
Las afectaciones de esta guerra también han sido económicas. Sectores como el restaurantero, el turismo y el comercio han resentido la parálisis parcial de actividades en Culiacán, ante operativos, bloqueos, cierre de escuelas y cancelación de eventos públicos.
A pesar de los esfuerzos del gobierno federal y estatal por contener la violencia, el panorama actual muestra que los grupos delictivos no solo mantienen el control en ciertos territorios, sino que además se han profesionalizado en el uso de herramientas tecnológicas y armamento artesanal, lo que complica la estrategia de seguridad tradicional.
Las autoridades reiteraron el llamado a la ciudadanía a reportar cualquier situación sospechosa al 911 o realizar denuncias anónimas al 089, como parte del esfuerzo conjunto para contener una escalada que, hasta ahora, no tiene tregua.
ksh