Un hombre, de 50 años de edad, fue sorprendido robando la puerta de una cripta del panteón civil de San Nicolás Tolentino, ubicado en la colonia San Juan Xalpa, de la alcaldía Iztapalapa.
Elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México observaron al sospechoso intentando robar la puerta de aluminio, color oro, de una tumba. Sin embargo, al notar la presencia de los oficiales intentó escapar del lugar.

Sin justificación para estar en el panteón
Posteriormente, los policías capitalinos alcanzaron al presunto profanador de tumbas, quien no contaba con la autorización para retirar el objeto, ni pudo justificar su estancia en el panteón.
Finalmente, el acusado, a petición de la administradora del panteón, fue detenido y presentado ante un agente del Ministerio Público correspondiente, quien determinará su situación jurídica.
¿Cuál es el delito por robar tumbas en México?
El Código Penal Federal cuenta con un capítulo único sobre la Violación de las leyes sobre inhumaciones y exhumanaciones, delitos relacionados con el robo de tumbas y enterrar personas ilegalmente.
el datoRobo de tumbas
La Real Academia Española (RAE) explica que el concepto de exhumar se refiere a la acción de desenterrar un cadáver o restos humanos; por lo que a la hora de hablar del delito de robar tumbas tiene que ver más con este apartado.
Las acciones relacionadas con el delito de exhumación están previstas en el artículo 281 del Código Penal Federal, el cual considera como actividades ilegales:
- Violar un tumulto, sepulcro, tumba o féretro, además de profanar un cadáver o restos humanos con actos de vilipendio, mutilación, brutalidad o necrofilia.
Las acciones por desenterrar un cadáver de la tumba se castigan de uno a cinco años en prisión, mientras que el acto de necrofilia, si consiste en tener relaciones sexuales con el cuerpo, el tiempo en prisión aumenta de cuatro a ocho años.
Origel del robo de tumbas
Según un artículo de National Geographic, a mediados del siglo XIX, el robo de cuerpos humanos se convirtió en un negocio rentable para los ladrones, quienes vendían los restos humanos al mundo de la ciencia y medicina.
Esta práctica a pesar de ser ilegal y “mal vista” beneficiaba principalmente a los médicos que capacitaban a los estudiantes universitarios.
Históricamente, los profesores de anatomía han tenido dificultades para conseguir cadáveres con los que los estudiantes de medicina realizan sus prácticas.
En este sentido, comenzaron a aparecer ladrones de tumbas que vendían al mejor postor los restos humanos que profanaban.
A estas personas se les conoce coloquialmente como Los Hombres de la Resurrección, sobrenombre que se le asignó a William Burke y William Hare, los ladrones de tumbas más famosos de la historia.
RM