Existen algunas fechas en la historia del narcotráfico en México que quedarán grabadas para siempre. Para el Cártel de Sinaloa una de ellas fue el 25 de julio de 2024 luego de que, en un hecho sin precedentes, Ismael El Mayo Zambada y Joaquín Guzmán López aterrizaron en un aeródromo cercano a El Paso, Texas donde ya eran esperados por agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés).
Aquel episodio fue un punto sin retorno. Ismael Zambada Sicairos, hijo del septuagenario capo, acusó a sus entonces socios y amigos, Los Chapitos, de traición al haber orquestado la operación que llevó a su padre a manos de autoridades estadounidenses.
Te recomendamos...
Fue cuestión de tiempo para que investigaciones de la Fiscalía General de la República (FGR) y de agencias de seguridad estadounidenses revelaran que detrás de aquel entramado se ubicaba Joaquín Guzmán López, el mismo hijo de El Chapo que la tarde del primero de diciembre se declaró culpable ante una corte federal de Chicago, Illinois.
De acuerdo con reportes del periodista Angel Hernández para MILENIO, El Güero -como es mejor conocido- admitió su culpabilidad de dos cargos que pesaban en su contra por tráfico de drogas y crimen organizado, además de que aceptó haber participado en el secuestro del ex socio de su padre, Ismael Zambada García.
Al igual que su hermano Ovidio, los Guzmán López a través de su defensa legal han logrado negociar con la fiscalía estadounidense acuerdos de culpabilidad que, además de abrirles la posibilidad de acceder a una sentencia reducida, también los convertirá en colaboradores.
El caso de El Güero no sólo se suma al listado de narcotraficantes mexicanos que logran acceder a beneficios carcelarios a cambio de cooperar con autoridades estadounidenses, sino que también es clave para la reconfiguración que se vive dentro del Cártel de Sinaloa donde los Zambada y los Guzmán continúan peleando el control de la organización y de su bastión.
La trayectoria criminal de El Güero
De los cuatro hijos de El Chapo que Estados Unidos identificó como los herederos de su posición en el Cártel de Sinaloa, El Güero era entonces el menos conocido. Mientras Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar acumulaban atención por su secuestro a manos del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en Puerto Vallarta y Ovidio Guzmán López se convertía en protagonista de los llamados Culiacanazos, Joaquín se mantenía en las sombras.
Pese a ello, su nombre y alias se encontraban plasmados en investigaciones de agencias de seguridad estadounidenses por el rol que desempeñaba en la organización criminal, al menos desde 2008. Según refiere información del Departamento de Estado, la trayectoria criminal de El Güero inició luego del asesinato de su hermano Édgar Guzmán López.
"Tras la muerte de Édgar, Ovidio y Joaquín heredaron una gran cantidad de ganancias derivadas de narcóticos y comenzaron a invertir grandes cantidades de ese dinero en efectivo en la compra de marihuana en México y cocaína en Colombia. Ellos también comenzaron a comprar grandes cantidades de efedrina de Argentina y organizaron el contrabando del producto hacia México", apunta en un comunicado del gobierno estadounidense.
Te puede interesar...
Las investigaciones también señalaron a ambos hermanos Guzmán López como los encargados de comenzar a experimentar con la producción de metanfetamina, lo que los llevó a supervisar aproximadamente once laboratorios donde se fabricaba entre 3 mil y 5 mil libras de la droga sintética al mes que eran vendidas al por mayor a otros miembros del Cártel de Sinaloa y a distribuidores en Estados Unidos y Canadá.
"El grupo se ha adaptado a los cambios en los mercados de la droga y se han involucrado cada vez más en el comercio de drogas sintéticas", describió en un análisis el think tank, InSight Crime.
Aunque en un principio el negocio se limitaba a la producción y distribución de metanfetaminas, años más tarde Los Chapitos revolucionaron su lucrativo negocio al comenzar a fabricar y comercializar un potente opioide sintético que desató una crisis de salud pública en Estados Unidos: el fentanilo.
La facción que encabezan los hijos de El Chapo, a la cual perteneció Joaquín Guzmán López, fue señalada por el gobierno estadounidense de encabezar lo que definieron como la red de tráfico de fentanilo más prolífica y grande del mundo, lo que motivó una cacería por parte de autoridades no sólo en contra del grupo de hermanos sino también de más de una veintena de sus colaboradores.
De los cuatro hermanos, El Güero era el que menos cargos tenía en Estados Unidos, no obstante, tras la detención definitiva y extradición de su hermano, Ovidio Guzmán López, planificó un entramado en miras de obtener beneficios para ambos: la entrega de Ismael El Mayo Zambada.
La traición a El Mayo
Ante la latente posibilidad de enfrentar un destino igual de desafortunado que el de su padre, Los Chapitos buscaron entregar a quien se había consolidado como el único capo de la vieja guardia del Cártel de Sinaloa en nunca haber sido detenido: Ismael El Mayo Zambada.
La tarde del 25 de julio de 2024, Joaquín Guzmán López y el septuagenario capo aterrizaron en un aeródromo cercano a El Paso, Texas, una situación que desató incertidumbre en ambos lados de la frontera. No fue sino hasta dos días después de los hechos que a través de su abogado,Frank Pérez , el cofundador del Cártel de Sinaloa aseguró haber sido secuestrado.
"Me trajeron a este país por la fuerza y bajo coacción, sin mi consentimiento y contra mi voluntad", se lee en una parte de la misiva obtenida por Angel Hernández para MILENIO.
A lo largo de su pronunciamiento, el cofundador del Cártel de Sinaloa narró que fue citado por los hijos de El Chapo Guzmán en un rancho a las afueras de Culiacán conocido como Huertos del Pedregal, a una reunión en donde intervendría para para resolver las diferencias entre dos líderes políticos del estado: Héctor Melesio Cuén y Rubén Rocha Moya.
Te recomendamos...
El Mayo aseguró que en el lugar ya se encontraba el ex alcalde de Culiacán, quien se convirtió en una de las víctimas mortales del fuego que se desató cuando trabajadores de Joaquín Guzmán López emboscaron al septuagenario capo para inmovilizarlo y subirlo a la parte trasera de una camioneta que lo condujo hasta una pista de aterrizaje clandestina donde ya los esperaba una aeronave.
"Joaquín me quitó la capucha de la cabeza y me ató con bridas al asiento. En el avión no había nadie más que Joaquín, el piloto y yo. El vuelo duró entre dos y tres horas sin escalas hasta que llegamos a El Paso, Texas. Fue allí, en la pista, donde agentes federales estadounidenses me detuvieron", narró El Mayo Zambada en la carta difundida por su abogado.
Meses después de los hechos, tanto las investigaciones de la Fiscalía General de la República (FGR) como pronunciamientos de autoridades estadounidenses confirmaron que el cofundador del Cártel de Sinaloa fue llevado en contra de su voluntad a Estados Unidos siendo Joaquín Guzmán López el artífice de su secuestro pero también de una guerra que estalló al interior de la organización.
Las consecuencias para el Cártel de Sinaloa
El arresto de El Mayo Zambada impactó en ambos lados de la frontera. Por un lado, la relación diplomática entre México y Estados Unidos se tensó al tratarse de un secuestro transfronterizo y la poca información que el gobierno estadounidense proporcionó al mexicano.
Al tiempo, en Sinaloa, Ismael Zambada Sicairos ascendió en el organigrama criminal de la facción que encabezaba su padre y ordenó una aguerrida disputa en contra de Los Chapitos que, tras la detención de Ovidio y Joaquín Guzmán López, quedaron bajo el liderazgo de Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar.
Desde entonces, Culiacán y distintas zonas del estado se convirtieron en un campo de guerra. Balaceras, homicidios, desapariciones, secuestros, robo de autos, bloqueos, ataques a comercios, extorsiones y múltiples hechos delictivos se han convertido en una constante a la vez que ambas facciones en pugna han buscado aliarse con otros actores criminales del país.
Te puede interesar...
Mientras la incidencia delictiva en Sinaloa se mantiene a la alza, para los Guzmán López se abrió la puerta de la negociación. Antes de que El Ratón -como es mejor conocido Ovidio- formalizara su acuerdo de culpabilidad, se reportó que al menos 17 miembros de su familia cruzaron la frontera de Estados Unidos, en donde ya eran esperados por autoridades de dicho país.
El hecho se percibió como parte de la negociación que la defensa de los hermanos Guzmán López estaban realizando con la fiscalía estadounidense y, aunque se pensó que haber entregado a El Mayo Zambada le valdría beneficios a El Güero, únicamente se tomará en cuenta su colaboración con autoridades estadounidenses.
Según reportó Angel Hernández para MILENIO, el fiscal al frente del caso, Andrew Erskine, puntualizó que Joaquín Guzmán López esperaba recibir créditos para él y para su hermano Ovidio, sin embargo, dicha consideración le fue negada a ambos.
Será cuestión de tiempo conocer cuál será la sentencia que enfrentará Joaquín Guzmán López, aquel hijo de El Chapo que creyó que traicionando a El Mayo Zambada se salvaría junto con su hermano Ovidio de una condena similar a la de su padre, aún y cuando eso implicó fracturar para siempre al Cártel de Sinaloa.
ATJ
