Policía

El día que la DEA volteó a Buenos Aires: efedrina, cárteles mexicanos y un triple crimen

El periodista Agustín Ceruse siguió la huella del tráfico de efedrina del Cono Sur a México. ‘Operación Crystal’ es la investigación más completa sobre la conexión entre mafias.

DOMINGA.– La primera vez que Agustín Ceruse escuchó hablar de los cárteles mexicanos en su país fue el 13 de agosto de 2008. México se reponía del pasmo de una masacre en Creel, Chihuahua, que dejó 17 asesinados –incluyendo un bebé– en un salón de fiestas, y Argentina celebraba la medalla de bronce de la judoca Paula Pareto en los Juegos Olímpicos de Pekín.

Entonces cada país recibía noticias muy distintas: uno se dolía en funerales y otro bailaba en fiesta nacional. Los extremos de la vida.

Ceruse, entonces de 19 años, estaba esa noche viendo el televisor. De pronto, en la pantalla aparecieron tres cuerpos tirados en un zanjón de General Rodríguez, a las afueras de Buenos Aires. Las imágenes, recuerda, eran casi cinematográficas: el helicóptero de un canal de noticias mostraba desde el cielo la escena del crimen. Aquella transmisión cambiaría su vida para siempre.

Desde esa noche, los medios argentinos empezaron a ligar ese multihomicidio con el gran negocio de los cárteles mexicanos en el Cono Sur: la triangulación de efedrina –uno de los precursores químicos del cristal, la droga sintética más consumida en Estados Unidos– desde China e India hacia Argentina y desde ahí hacia México.

La efedrina es también el principal ingrediente para la fabricación de drogas sintéticas, como la metadona.
La efedrina es también el principal ingrediente para la fabricación de drogas sintéticas | Especial

Hasta entonces, en el país albiceleste se sabía poco de los cárteles mexicanos. Acaso se conocía la historia de El Chapo Guzmán, fundador del Cártel de Sinaloa, y las inversiones de Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos, en Buenos Aires. Nada más. Las autoridades tampoco sabían mucho. Incluso, llegaron a inventar la existencia del Cártel de Guanajuato, sólo porque algunos mexicanos detenidos con droga provenían del Bajío mexicano.

Aquel triple homicidio picó la curiosidad de Ceruse, un joven bonaerense que, para explicar lo que pasaba en su país, comenzó a inclinar su vida hacia el periodismo del crimen organizado. Quince años más tarde publicó ‘Operación Crystal’ (Editorial Dunken), la investigación más completa para entender la relación narcótica entre México y Argentina, dos países divididos por más de 7 mil 500 kilómetros, pero unidos por las ambiciones de sus mafias.

La DEA quiso frenar el tráfico negro de efedrina de Argentina a México

Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón fueron las victimas
Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón fueron las victimas del llamado "Triple Crimen de General Rodríguez" | Especial

El triple crimen de General Rodríguez ocurrió el 7 de agosto de 2008, cuando desaparecieron los empresarios Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón, vinculados al comercio de medicamentos, tras reunirse en un centro comercial. Seis días después sus cuerpos fueron hallados en la provincia de Buenos Aires con huellas de tortura y múltiples disparos.

La brutalidad de los asesinos era la firma de la mafia en casos de ajustes de cuentas. Las investigaciones revelaron que los tres empresarios tenían conexiones con el mercado negro de efedrina, una sustancia clave en la producción de metanfetaminas.

Sebastián Forza, de 34 años, era el hombre clave: lo señalaron como intermediario en operaciones ilegales de importación de efedrina desde México. El crimen se vinculó con una pelea de bandas por el control de esa ruta millonaria, que en esos años había convertido a la Argentina en un punto estratégico para el envío de precursores químicos a cárteles mexicanos, especialmente el de Sinaloa.

El caso expuso la colusión entre sectores empresariales, farmacéuticos y estructuras criminales transnacionales. Y abolló la popularidad del gobierno argentino, ya que la efedrina había ingresado al país de manera legal con avales oficiales. El triple crimen se convirtió en uno de los episodios más emblemáticos de la narcopolítica en Argentina.

DOMINGA (D): Tu libro ‘Operación Crystal’ se centra en este crimen particular: un triple homicidio con una hipótesis sin resolver. En esos tiempos, ¿cómo era la presencia de los cárteles mexicanos?

Agustín Ceruse (AC): Los cárteles mexicanos operaban el contrabando de efedrina en Buenos Aires y Rosario, las dos ciudades más importantes, a través de sus integrantes argentinos. Estas organizaciones no presentaban ningún riesgo para el país porque el negocio en sí no era riesgoso. Y así fue durante 2004, 2005 y 2006. Los problemas empezaron cuando algunos intermediarios argentinos no quisieron pagar cuotas a la Secretaría de Inteligencia. Y todo se complicó en 2007 y 2008, cuando la DEA advirtió una y otra vez a los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner que debían frenar ese contrabando desde Argentina a México y de ahí a los Estados Unidos.

En el libro –a partir del análisis de cables diplomáticos, “escuchas” telefónicas y fuentes de información– revelamos como Argentina no hizo caso, así que la DEA organizó el triple crimen de la ciudad General Rodríguez. Pocos días después de esto, el gobierno argentino se vio obligado a prohibir la importación de efedrina, que era el objetivo de Estados Unidos.

D: El periodismo latinoamericano ha documentado extensamente los nexos entre los cárteles mexicanos y colombianos, las maras centroamericanas, las pandillas ecuatorianas, los narcotraficantes venezolanos, pero sabemos muy poco de la conexión narcótica entre México y Argentina, ¿por qué?

AC: Generalmente, Argentina ha sido considerada como un “país de tránsito” de las drogas hacia Europa, por lo que nunca fue un objetivo criminal controlar su territorio. Por eso, comparativamente, la tasa de homicidios es de las más bajas de la región. Los colombianos la llamaban “la fría” porque aquí podían vivir tranquilos, en barrios cerrados, lejos de las guerras de Medellín o Cali.

Hasta que bajaron aquí para ajustar cuentas en 2008. A partir de los muertos del triple crimen, los cárteles mexicanos desaparecieron por un tiempo porque sabían que querían culparlos del crimen, pero luego volvieron para, con sus propias redes, reactivar el contrabando de cocaína.

El periodista argentino siguió la pista de la ruta de la efedrina en Argentina.
'Operación Crystal' recupera la mayor parte de la relación narcótica entre México y Argentina | Especial

D: En tu libro ‘Operación Crystal’ también hablas del asentamiento de Los Cuinis y el Cártel de Sinaloa, ¿cuándo y cómo se metieron en la sociedad argentina? ¿Fue fácil para ellos camuflarse entre la gente?

AC: La penetración de esas dos organizaciones mexicanas fue fácil en la Argentina porque, a diferencia de otros países, aquí se podía importar libremente la efedrina, sólo necesitaban la autorización del gobierno. Todas las células mexicanas detectadas –cinco o más– tenían un integrante argentino para garantizar su contacto con las droguerías y los políticos.

De hecho, Gerardo González Valencia, el número dos de Los Cuinis, vivió en 2009 en Puerto Madero, el barrio más exclusivo de la capital argentina. Aquí lavó 2 millones de dólares con tiendas de conveniencia. Abrir empresas sigue siendo fácil, usan prestanombres de bajos recursos y, más allá de la existencia de organismos de control, nadie pregunta por el origen de los fondos. González Valencia sólo se fue de aquí por un hecho fortuito: sus subalternos tuvieron un accidente de tránsito, amenazaron a los policías y, por eso, empezaron a ser investigados. Entonces, se mudó a Uruguay, donde fue finalmente detenido en 2016, también por lavado de dinero.

La efedrina: precursor químico del cristal, la droga más consumida en EU

El precursor químico es utilizado para la fabricación de diversas drogas sintéticas.
La efedrina se utiliza comúnmente en medicina para resfriados y productos para bajar de peso, así como precursor en la producción de metanfetamina.

D: Tu investigación revela una disputa sangrienta por un mercado negro y millonario. ¿Por qué la efedrina unió a México y Argentina? ¿Qué tiene esa droga —que no tienen otras— que tendió puentes entre los cárteles mexicanos y la mafia argentina?

AC: La efedrina es uno de los precursores químicos del cristal, una droga sintética muy consumida en los Estados Unidos, donde provocó una de las peores crisis de salud pública con 30 mil muertos por año. Para hacerle frente, en 2006, la DEA consiguió que Canadá y México prohibieran la importación de efedrina. Entonces, los cárteles mexicanos, que ya estaban presentes en la Argentina, ampliaron la operación local.

Aquí no hubo disputa entre cárteles porque había efedrina para todos: la Corte Suprema de Justicia comprobó que las droguerías argentinas desviaron 40 toneladas de efedrina hacia los cárteles mexicanos entre 2003 y 2008. Las droguerías argentinas importaban el kilo de efedrina a 100 dólares desde China e India; ese kilo, puesto en México, pasaba a valer 10 mil dólares. Estamos hablando, entonces, de 400 millones de dólares en cinco años.

Investigar el crimen organizado era otra forma de investigar la política

El periodista argentino investigó y retrató el vínculo narcótico entre México y Argentina.
El periodista argentino Agustín Ceruse, autor de 'Operación Crystal' | Especial

Agustín Matías Ceruse nació el 7 de abril de 1989 en Buenos Aires, capital de Argentina, donde aún reside. Tras fascinarse con el triple crimen de General Rodríguez se inscribió en la carrera de Comunicación Social en la Universidad de Buenos Aires, la UBA, pero prefirió empezar a trabajar en vez de terminarla. Para reforzar su práctica hizo cursos especializados en Periodismo de Investigación y Ciencias Forenses. Desde ahí delineó su línea de trabajo.

Su inicio en el oficio comenzó en 2015, a los 26 años. Como todo reportero novato pasó por distintas fuentes: desde política hasta economía. Ninguna le llamó tanto como investigar los crímenes de su ciudad, convencido de que un cuerpo es la manifestación de alguien que espera que su historia sea contada. “Prefiero descubrir la verdad detrás de una escena del crimen que la mentira de un político, para eso están los agentes de prensa”, dice el periodista.

Mientras otros pasan las noches en fiestas, gimnasios o en el sillón viendo una película, Agustín Ceruse reconstruye las circunstancias alrededor de algún asesinato, las últimas horas de una víctima y el negocio que lo condenó. Investigar el crimen organizado es, para él, otra forma de investigar la política de su país. Tal y como pasa en México: si uno sigue el hilo de las drogas, tarde o temprano llegará a una oficina de gobierno.

D: ¿Cuál es hoy el panorama del consumo de drogas en Argentina?

AC: En Argentina, el consumo es el tradicional: la cocaína y la marihuana, y en menor medida, el paco, que no es más que los desechos de la elaboración de la cocaína, más barata, por eso, se conoce como la droga de los más pobres. El consumo aumentó cuando otras organizaciones internacionales, que usan los puertos argentinos, como puente hacia Europa, empezaron a pagar a sus contactos locales con kilos de cocaína.

D: ¿Y los cárteles mexicanos tienen actualmente presencia en Argentina? ¿Qué negocios sucios tienen en la actualidad?

AC: Empezaron a operar en la Argentina de la mano, en sociedad o como herencia de los cárteles colombianos. De hecho, aquí vive la familia de Pablo Escobar. En los años noventa, el Cártel de Juárez lavó 21 millones de dólares, comprando propiedades en Buenos Aires. Luego, por el contrabando de efedrina, entre 2003 y 2008, operó el Cártel de Sinaloa y otros, aunque no es fácil identificarlos.

En todos estos años han trabajado aquí Cártel del Milenio, Los Cuinis y el Cártel Jalisco Nueva Generación. En los últimos años, las organizaciones se mueven como redes, por lo que es difícil detectar una presencia constante. Tal vez, la época dorada de los cárteles mexicanos en la Argentina haya pasado o, tal vez, aún no sepamos ver sus nuevos movimientos.

Dolarín, el narcotraficante argentino y “arrepentido” judicial

Precio del dólares hoy 21 de julio; este es el sitio donde se vende más barato | Especial
Los operadores financieros forman un eslabón clave en las organizaciones delictivas | Especial

Agustín Ceruse está convencido de que el esplendor de los cárteles mexicanos en Argentina decayó a partir del triple homicidio. Un caso que él investigó demuestra la distancia que existe entre los cárteles mexicanos y los narcotraficantes argentinos.

Diego Xavier Guastini, alias Dolarín, era contador de profesión pero financista de oficio. En realidad, era muchas cosas a la vez: lavador, narcotraficante, informante de la policía y “arrepentido” judicial. Por sus manos pasaron 30 millones de dólares, que es mucho y poco a la vez. Dolarín se hizo un nombre en el crimen organizado. También hizo contactos, como La Oficina de Envigado, la vieja oficina de encargos del Cártel de Medellín reconvertida para el contrabando de cocaína.

En 2012, alguien lo mandó a llamar desde México. Era El Chapo Guzmán, quien le ofreció un jugoso negocio: “coronar” un contenedor lleno de dólares en Buenos Aires. Dolarín, un criminal profesional, se disculpó con el famoso capo: su organización no estaba a la altura del desafío.

El periodista Ceruse también está convencido de otra idea: que el fin de la era dorada de los cárteles mexicanos puede ser una fachada. Sí, han desaparecido de la luz pública, pero es probable que se muevan en las sombras.

D: Estados Unidos ha emprendido una fuerte presión contra México para deshacerse de los cárteles. Incluso, los designó recientemente organizaciones terroristas. El presidente Javier Milei es un aliado de Donald Trump, ¿él también ve una amenaza de los cárteles mexicanos?

AC: No, los cárteles mexicanos no son una amenaza para la seguridad nacional argentina. Tampoco las bandas criminales colombianas ni la mafia de los Balcanes. Todas procuran operar sin violencia aquí para no echar a perder sus redes. La alineación de Milei con Trump responde al eterno problema argentino: el déficit fiscal, que se cubre con endeudamiento externo, que termina en rescates del Fondo Monetario Internacional.

D: ¿Cuál es el futuro del mercado narcótico de Argentina? ¿Hay nuevas drogas, nuevas tendencias? ¿Es posible que a esas nuevas tendencias entren los cárteles mexicanos?

AC: El consumo de drogas en la Argentina no cambiará, seguirá siendo la cocaína y la marihuana, esta última con cada vez más aceptación social. A cuentagotas se detectan casos de consumidores de fentanilo, pero se trata de personas relacionadas con el mundo de la salud, como enfermeros, que se aplican las ampollas destinadas a los hospitales. Algunas organizaciones dedicadas al narcomenudeo han intentado innovar, como en 2022, cuando el clan Villalba mezcló cocaína con carfentanilo, un opioide sintético más potente que el fentanilo, pero todo terminó en tragedia: 24 personas murieron en el acto, sin saber realmente lo que habían consumido.

Argentina extradita a tres narcos del Cártel de Sinaloa

Cártel de Sinaloa
Identifican operaciones del Cártel de Sinaloa en Argentina

De vez en cuando, los narcotraficantes mexicanos vuelven a las noticias argentinas. Es su manera de recordar que, aunque no se ven, siguen ahí. Como una hierba mala que no muere. Un cáncer remiso que se activa en silencio.

Este julio, la Policía Federal Argentina concretó la extradición de tres narcotraficantes mexicanos. Se trata de Héctor Eduardo Cárdenas, Jesús Madrigal Vargas y Héctor Roberto Aguilar, quienes permanecían detenidos en Argentina desde hace años. Aunque las autoridades intentaron esconderlo, la prensa descubrió que los extraditados pertenecían al Cártel de Sinaloa.

Su captura había sido el resultado de una compleja investigación llamada Operativo Bobinas Blancas, que reveló la existencia de una red internacional de narcotráfico que utilizaba a Argentina como plataforma de tránsito. Los mexicanos eran responsables de coordinar el ingreso y la exportación de grandes cargamentos de cocaína hacia España y Canadá, valiéndose de empresas de fachada y de sofisticados métodos de ocultamiento. Su presencia en territorio argentino confirmaba la conexión directa con los cárteles mexicanos.

DEA
DEA habría detectado presencia de cárteles mexicanos en Argentina.

El hallazgo clave ocurrió en mayo de 2017, cuando las fuerzas de seguridad incautaron mil 376 kilos de cocaína en Bahía Blanca, en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires, y otros 486 kilos en Mendoza. Todo estaba oculto dentro de gigantescas bobinas de acero. La droga, de gran pureza y valuada en cientos de millones de dólares, estaba lista para ser embarcada y exportada. Ese decomiso –de los más grandes de la historia argentina– dejó al descubierto la magnitud del negocio ilícito y la sofisticación de las maniobras.

El operativo arrancó cuando la DEA alertó a las autoridades argentinas sobre movimientos sospechosos de una red criminal con alcance internacional. La Policía Federal Argentina comenzó a seguir la pista de empresas fantasma y operaciones de importación poco habituales. Así nació el Operativo Bobinas Blancas, un caso que mostró la vulnerabilidad de los puertos argentinos como puntos estratégicos del narcotráfico global.

Un nuevo triple homicidio: ¿la mexicanización del narco argentino?

Las tres jóvenes fueron vistas por última vez subiendo a una camioneta blanca en la rotonda de La Tablada, Buenos Aires, Argentina.
Brenda, Morena y Lara fueron vistas por última vez el 19 de septiembre en una localidad de Buenos Aires | Especial

El más reciente registro de la sombra de los cárteles mexicanos en Argentina ocurrió el 19 de septiembre de 2025, cuando dos jóvenes y una adolescente –Brenda del Castillo y Morena Verdi de 20 años y Lara Gutiérrez de 15— desaparecieron tras subirse a un vehículo particular para ir a una fiesta en Buenos Aires.

El conductor y los acompañantes desviaron el camino hacia una casa en la localidad de Florencio Varela en la capital argentina. Ahí, las tres fueron sometidas a violencia extrema. Días más tarde, sus cuerpos, con huesos rotos y cortes profundos, fueron hallados en una fosa en el jardín de la vivienda.

A la sorpresa de la brutalidad de los victimarios se sumó un hecho inédito: los asesinos transmitieron en vivo, vía Instagram, el tormento de Brenda, Morena y Lara. Entre 40 y 45 personas vieron en tiempo real cómo les cortaban los dedos, las marchaban con piedras y las asfixiaban una y otra vez.

Hasta el momento, la principal línea de investigación es un triple homicidio por una venganza de bandas dedicadas al narcomenudeo: las víctimas habrían robado un cargamento de droga o se habrían quedado con una parte de las ganancias de la venta de narcóticos. Las familias de las jóvenes insisten en que ninguna de ellas tenía relación con el crimen organizado y que probablemente fueron confundidas.

Mientras se resuelve el caso, la sociedad argentina intenta salir del asombro. Muchos buscan explicaciones a esa violencia irracional y despiadada. Y algunos de ellos miran hacia el norte, hacia México, donde cárteles como Los Zetas tenían como ‘modus operandi’ grabar las torturas de sus rivales y publicarlas en redes sociales para que todos se enteraran de lo que podía pasarles, si se metían con los negocios de esos militares desertores del Ejército mexicano.

Periodistas, analistas, expertos en seguridad han trazado una conexión: los asesinos de Brenda, Morena y Lara se inspiraron en Los Zetas o en las atrocidades cometidas por el Cártel Jalisco Nueva Generación para dar una lección ejemplar al interior y hacia afuera de su organización. Le llaman “venganza narco”, “narcofeminicidios”, “crimen narco”. Y lo peor: la mexicanización del narcotráfico argentino.

La lección que muchos repiten en voz baja es que nunca hay que dar por muertos a los narcotraficantes mexicanos. Si hay droga y hay ganancias, ahí estarán. Irán al país del fin del mundo, si es necesario, para seguir con sus negocios sucios.

GSC/ATJ

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Óscar Balderas
  • Óscar Balderas
  • Oscar Balderas es reportero en seguridad pública y crimen organizado. Escribe de cárteles, drogas, prisiones y justicia. Coapeño de nacimiento, pero benitojuarense por adopción.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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