La Secretaría de Seguridad del Estado de México (SSEM) avanza en la certificación de elementos para el manejo de caninos especializados en la detección aromas que ayuden a la localización de drogas, armas, explosivos o personas.
La construcción de equipos entre manejadores y perros no solo construye lazos de compañerismo, sino que forman parte de las herramientas para el combate a la delincuencia en territorio mexiquense.
El manejo de estos perros si bien no es reciente en la Policía estatal, ha avanzado en su profesionalización. El objetivo de la dependencia es capacitar a por lo menos 56 policías en el curso “Conducción de perros para la Búsqueda y Detección de Aromas”, el cual opera bajo los Estándares de Competencia del Consejo Nacional de Normalización y Certificación de Competencias (CONOCER).
Raúl Bautista Morales es un elemento perteneciente al sexto agrupamiento canino y además es evaluada independiente.
Explicó que uno de los objetivos de este tipo de cursos es el fomentar el bienestar animal, pero sobre todo, que sus compañeros aprendan a hacer conducciones efectivas durante las prácticas y realizar sus trabajos de día a día.
“Diario se va haciendo un vínculo el manejador con el perro y de esa manera podemos llevar un mejor óptimo al canino hacia la calle y a realizar las labores de búsqueda de restos humanos y búsquedas de enervantes con la sociedad”, explicó.

Los perros con los que cuenta la dependencia están capacitados y entrenados para identificar diferentes tipos de aromas como son enervantes, explosivos y restos humanos.
Los lomitos son entrenados desde que son cachorros de dos meses, al año los someten a un proceso de adoctrinamiento que consiste en el uso de comandos y juguetes; para después comenzar con la introducción de cebos o aroma que les permitan desarrollar su olfato para este propósito.
“A un año a un año y medio ya tienen madurez para empezar una labor en real. Tenemos un aproximado de entre 5 a 7 años, que es lo que pueden durar los perros físicamente, que no tengan un un problema de displasia de cadera, que eso es lo que sufre más nuestros caninos”, explicó.
Para garantizar que tengan una buena calidad de vida todos los días de les lavan sus espacios, se les da de comer y se les permite el esparcimiento en áreas verdes, lo que va de la mano de sus entrenamientos, antes de llevarlos a campo.

Entrenamiento y evaluación de comandos
Parte de estos entrenamientos son llevados a cabo en un campo especial en Zinacantepec, en donde todos los elementos reciben la instrucción y eventualmente son sometidos a una evaluación con el propósito de ser certificados.
Primero se da un curso de alineación y cuando está listo el policía para ser evaluado, se le indica que será sometido a dos pruebas: una que contempla que el manejado y su perro detecten tres aromas; mientras que la segunda, es una práctica como si fuera en un campo real que incluye una inspección del lugar para que no existan riesgos tanto para el perro, como para el personal.
Finalmente son sometidos a un examen de conocimientos y se les hace una retroalimentación.
Mariela Becerril Varela, docente e instructor evaluador de la Universidad Mexiquense de Seguridad (UMS), explicó que la intención es dotar de herramientas prácticas, teóricas y documentales para que los binomios puedan ejercer su trabajo.
“En un principio se certificó a 12 elementos que ellos son los que nos están ayudando a replicar esta formación y estos 56 elementos sí llevan como tal esta teoría y esta práctica para llevar a cabo mejor su servicio… Se está realizando un trabajo arduo para que ellos garantices que la búsqueda que se está llevando allá en el trabajo se está llevando de manera sistemática y como tal pues está llevándose conforme a protocolos y procedimientos”, dijo.

El perro, el mejor amigo contra la delincuencia
César González es policía tercero y manejador de la unidad canina de Tlalnepantla perteneciente al sexto agrupamiento. Fue evaluado hace unas semanas en este curso para obtener su certificación.
Él cuenta con 24 años de experiencia en el manejo de perros, mas no significa que debe de dejar de lado las actualizaciones y el fortalecimiento de los lazos entre manejadores y caninos.
“Los perros son un trabajo especializado que se ocupa en la policía de manera pues muy importante, porque por ejemplo, si hay un un resto humano o sea las personas podemos pasar y no verlo o sea aunque hagamos una inspección visual por más minuciosa que la podamos hacer no podríamos detectarlo y en este caso con los binomios sí se puede detectar”, mencionó.
La experiencia le dicta que es fundamental que los conocimientos de ambos estén conectados para tener éxito en sus misiones.
“El olfato del perro es muy poderoso y nada más buscamos algunos resquicios por donde pudiera salir el aroma, esa es la satisfacción de haber logrado, pues ya algunos hallazgos con nuestros perros y al final ayudar a la sociedad y realizar nuestro trabajo profesionalmente” expresó.
Algunos de estos elementos y perros han participado en la localización de armas y explosivos, además de encontrar personas desaparecidas, lo que ha generado alivio en quienes los buscan.
“Por ejemplo, un resto humano, vamos en auxilio de familias que están buscando un ser querido y la desesperación de ellos ya tiene tiempo y muchas veces con el hallazgo de nuestros binomios termina esa búsqueda podemos darle descanso a una familia y pues cerrar los casos, hablando jurídicamente”, indicó.
PNMO