Hace poco menos de dos días se dio a conocer la noticia de que la Audiencia Nacional de España había cerrado el caso en contra del ex Gobernador de Coahuila, Humberto Moreira Valdés, por lavado de dinero y vínculos con el crimen organizado, mismo que se mantenía abierto desde 2016.
De manera inmediata salió el propio Humberto a gritar a los cuatro vientos que esto demuestra su plena inocencia y la persecución en su contra.
Que el caso se cierre en realidad sólo prueba que la justicia española no pudo tener acceso a elementos suficientes para soportar la acusación, sin embargo, no significa que Humberto Moreira sea inocente, al final, la justicia española sólo puede realizar investigaciones sobre los recursos que ingresaron al sistema bancario de dicho país, mientras que la mayor parte de las operaciones que podrían inculpar a Moreira se realizaron en México y Estados Unidos.
Pero el simple hecho de que se haya iniciado una investigación en España, país en donde residió de forma temporal ya es sintomático, porque su nivel de gasto llamó tanto la atención de las autoridades que hubo una presunción de enriquecimiento ilícito, ya que vivía muy por encima de las posibilidades económicas de sus empleos anteriores en el sector público mexicano.
Si tan seguro está Humberto de su inocencia debería darse una vuelta a los Estados Unidos, en donde se mantienen procesos abiertos en contra Jorge Torres López su sucesor y Javier Villarreal Hernández su tesorero, esa sin duda sería una prueba de fuego, ahí quizá podríamos comenzar a darle el beneficio de la duda, antes no.
Lo cierto es que a años del final de su Gobierno, aún tenemos muchas dudas sobre el destino de miles de millones de pesos, que se obtuvieron por la contratación ilegal de deuda pública, ya que simplemente no hay soporte documental alguno que aclare en qué se gastó, ni que justifique el lastre de la deuda que seguimos pagando los coahuilenses, sin que hayamos obtenido a cambios bienes y servicios equivalentes.
@victorsanval
