La Secretaría de Salud de Tamaulipas fue otra “víctima” de los quebrantos acontecidos en la pasada administración estatal. El daño llegó a los 343 millones de pesos, una cifra tan significativa para una área social tan elemental y necesitada de insumos para atender pacientes en nosocomios o dispensarios.
Dicho quebranto expuesto por Iván Saldaña Magaña, director jurídico de la dependencia, se generó con Francisco García Cabeza de Vaca al frente del Poder Ejecutivo, con Gloria de Jesús Molina Gamboa al frente de la oficina, así como otros funcionarios de primer y segundo nivel.
Lo curioso dentro de la operación ilícita fue a quienes terminaron beneficiando. En la investigación presentada ayer en Ciudad Victoria se nombraron a Sergio y Julio Carmona Angulo, dueños de dos empresas de proveeduría, Joser y Permart. Los contratos ascendieron a 500 millones de pesos, pero la cantidad del desfalco se dio por procedimientos ilegales.
Irónico caso cuando precisamente el ex mandatario y su hermano Ismael, el más faltista de los diputados locales en el Congreso Estatal (dice sufrir de vértigo cuando su propuesta legislativa no despega), han señalado a los empresarios como parte de de contrabando de combustibles al país, conocido como huachicol.
“Sergio (asesinado en Monterrey en el 2023 y Julio financiaron la campaña gubernamental de Cabeza de Vaca en el 2016. él, Gloria y los subsecretarios Alejandro Aguilar Poegner y Horacio García Rojas, estamparon su firma en los contratos entregados a los hermanos Carmona Angulo, a sabiendas de que violaban la Ley de Adquisiciones de Tamaulipas”, declaró el representante legal de Salud.
Esto se suma a otras anomalías cometidas en Bienestar Social, en gastos desmedidos en la Secretaría de Economía, en el discrecionalidad “pellizco al presupuesto” a Comapa Sur, las obligadas firmas solicitadas por el Itife a directores de escuelas para justificar obras jamás realizadas en planteles educativos, entre otros.
Lo único sano y el beneficiado de esto es el resto de la militancia panista contraria a dicho grupo. Desligados de ellos y enfrentando un renovación de sus comités estatales y municipales, es una oportunidad de oro para deshacerse por completo y reestructurarse. Claro, sí eso quieren.
Para cerrar; si lo vemos más estricto, Cabeza de Vaca huele a huachicol.
