Las infancias. Las hay muchas, como las estrellas del cielo, incontables.
Lo sabemos ahora, recientemente, que nos enteran que la humanidad es diversidad.
Pero dejaron sellada la efeméride como Día del Niño así con O, ubicado en el niño blanco de la zona urbana que vive en una casa inserto en un hogar con papá, mamá y un hermano…pareciera.
Va a la escuela y su coeficiente intelectual y su madurez emocional le permiten el aprovechamiento del sistema educativo…otra quimera.
¿Los otros? ¿El resto? No están, existen, pero no están.
Las infancias que se encuentran y se crían en la calle bajo condiciones de explotación y/o trata de personas, las institucionalizadas, las que viven en los Centros Penitenciarios junto a sus madres, aquellas con discapacidad, las huérfanas por las balas del crimen desatado en el país y de las desapariciones forzadas.
Existen, pero no están.
No están, porque nos hemos esforzado por homogeneizar cada espacio y cada práctica para no salirnos del guion: todos parejitos como en la danza.
Recuerdo la instrucción de la coordinadora del diplomado en psicopatología infantil al darnos las condiciones para hacer el taller con la niñez: no se la compliquen, no metan a niños inquietos o que les puedan dar problemas. Es verídico, lo viví.
Las dinámicas que se hicieron durante el sábado 30 de abril fueron muchas, pero con la asistencia de la niñez más parecida al modelo del infante blanco de la zona urbana. Qué chido, por ellos ¿Y los demás? Existen, pero no están.
En el día conmemorativo por El Niño se delataron quienes lanzaron sus felicitaciones por redes sociales al concretarse a escribir: "Feliz Día del Niño".
¿Feliz? ¿Para quienes? Los invitados al cabildo infantil del Ayuntamiento de Torreón que tuvieron la fortuna de conocer al alcalde o los chiquillos y chiquillas que escucharon de viva voz los sueños de infancia del gobernador de Durango.
…o los otros, la niñez migrante quienes tuvieron la fortuna de tomar alimento en un espacio sano y seguro gracias al resguardo que les proporcionó la Casa del Migrante en Piedras Negras, Coahuila o las niñas y niños que marcharon por las calles de la CDMX por sus desaparecidos, los suyos, los nuestros, los de todos.
La Convención de los Derechos del Niño de 1989 nos habla de los derechos de toda persona menor de 18 años sin distinción de raza, sexo, religión, idioma o condición de vida, documento que México, ha firmado y ratificado.
La Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (LGDNNA) consagra los derechos de las infancias por velar, proteger y promocionar el interés superior de la niñez sin distinción y de la cual se genera el Sistema Nacional de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) que diseñará y coordinará las acciones de los tres órdenes de gobierno en favor de los menores de 18 años.
Hablan de todas de todos y en ningún sentido de comunidades o colectivos segregados o de exclusión ¿por qué entonces nos aferramos a concentrar a un molde de características y/o condiciones a la infancia?
Primero Persona.
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