Algo estamos haciendo bien los mexicanos en el cine y en el arte a nivel mundial. Nacer en México ya es una ventaja para los creativos, pues nuestra cultura está llena de creatividad, humor, caos, color, música y folclor. Aquí se nace entre tradiciones, fiestas y un espectáculo visual en cada rincón de México. Y también se crece entre contrastes, trabajo, abundancia y escasez. Así nos lo confirma Guillermo del Toro, que cuando se le preguntó cómo es que logró su primer Oscar, simplemente dijo:
“Porque soy mexicano.”
Lo puedes escuchar hablar de tacos sudados, de la corrupción política, de familias rotas o de su papel como migrante en Estados Unidos. Es un creativo, maestro, director, promotor cultural, coleccionista y uno de los grandes líderes mexicanos. Del Toro ha cambiado la narrativa sobre lo que es hacer arte. Lo ha hecho bien, con apoyo de grandes inversionistas, con visión de negocio y de la mano de otros grandes mexicanos, como lo ha reconocido: Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu.
Uno se puede quedar horas, literal, leyendo cómo sus fans o seguidores se expresan de él: “Protejan a Guillermo, es un tesoro nacional” o “Pienso en tus monstruos y abrazo a los míos”. Se percibe inspiración, agradecimiento, orgullo. Nuestros artistas están regalando eso que tanta falta le hace a México. Dentro de la incertidumbre política, la inseguridad y un país polarizado, vienen estos grandes a recordarnos que somos más que lo que se respira en el ambiente.
De las ovaciones más largas, en el Festival de Cine de Venecia, de 13 minutos de aplausos, fue para Frankenstein, última película de del Toro. Que además rompió récord en 70 países como la número 1 en Netflix con casi 30 millones vistas en tres días. Se habla de su obra maestra, de su sueño desde niño. Nos regaló su mente, sus luchas y una forma de hacer cine, retando a los avances tecnológicos. Respeta a su público y quiso hacerlo real, construir cada escenografía para que lo experimentáramos en su totalidad.
Es un auténtico líder; honra a su público, le da calidad, lo sabe inteligente. Crea arte para siempre, así como debe ser. Gracias, Guillermo, por llenarnos de orgullo y por confirmarnos lo que somos capaces de crear.
