El aniversario del natalicio de Mahatma Gandhi, el líder hindú de mayor trascendencia en la historia moderna, fue designado por la ONU como el día Internacional por la No violencia. Cada 2 de octubre se emplea esta conmemoración para diseminar el mensaje pacifista, particularmente a través de la educación y la conciencia pública.
Mohandas Gandhi pudo haber tenido una placentera vida de lujos, ya que provenía de una familia con solvencia económica que lo envió a estudiar leyes a Londres. Ya graduado, se fue a Sudáfrica a trabajar en un corporativo, y ahí se topó de frente con la primera realidad que le llevó definitivamente a luchar contra las grandes desigualdades. En Sudáfrica, los miles de inmigrantes indios carecían de derechos.
Permaneció veinte años en lucha en el Sur africano, durante los cuales estuvo varias veces en prisión y otras tantas en el hospital por las golpizas que frecuentemente le propinaban residentes de piel blanca. En estas dos décadas, la lucha de Gandhi se centró en la desobediencia civil pacífica y en la no cooperación económica, con lo cual consiguió para las y los inmigrantes indios varios de los derechos más anhelados.
Luego de este triunfo, Gandhi volvió a la India en 1915 y fundó el Congreso Nacional Indio con miras a la independencia de Bretaña, para lo cual reutilizó sus estrategias sudafricanas de resistencia pasiva, desobediencia civil y boicot a productos ingleses.
Antonio Gaspar, investigador y biógrafo de Gandhi, señala que Mohandas llevaba una vida ascética de ayuno y meditación. Rehusaba las posesiones materiales, se vestía con un mantón y un taparrabos, y comía frutas y leche de cabra. Llamaba a su doctrina de no violencia “ahimsa”, que en sánscrito quiere decir “sin daño”. Sus seguidores le cambiaron su nombre original por el de “Mahatma”, Alma Grande, el título usado para describir a grandes sabios.
Su ejemplo inspiró a mucha gente en India, pero hubo un momento en que las masas enfurecidas por el yugo británico se levantaron violentamente contra la corona y Gandhi se sintió derrotado al no haber podido transmitir su ejemplo pacifista. Se entregó a las autoridades inglesas y fue a la cárcel, pero la presión nacional e internacional obligó a la corona a liberarlo, tras lo cual retomó su lucha mediante la proclamó una nueva campaña de desobediencia civil en 1930, con la famosa Marcha de la Sal. Según la ley británica, los indios no podían producir sal, sino que estaban obligados a comprarlas en las fábricas de los británicos. Gandhi organizó una marcha de 24 días hasta el mar, para obtener sal con agua del océano. A esta marcha se le unieron miles de personas.
La resistencia continuó hasta que se le atravesó la Segunda Guerra Mundial. El biógrafo Antonio Gaspar apunta que una vez finalizada la confrontación mundial, el gobierno británico aceptó conceder la independencia a la India con la condición de que los grupos rivales, el Congreso Nacional Indio y la Liga Musulmana resolvieran sus diferencias. Se propuso la creación de un estado para los musulmanes, y aunque Gandhi no estaba de acuerdo en la división de la India, aceptó con la esperanza de lograr la paz y la independencia. Esta última se obtuvo entonces en 1947, con la creación de Pakistán.
Por el resto de su vida Gandhi se dedicó a tratar de lograr la paz entre hindúes y musulmanes. Durante los disturbios que sufrió la ciudad de Calcuta, Gandhi realizó un ayuno hasta que la violencia cesó. En enero de 1948 inició otra huelga de hambre en Nueva Delhi para promover la paz. El 30 de enero de 1948, poco después de finalizar este ayuno Gandhi fue asesinado por un extremista hindú, Vinayak Nathura Godse, que se oponía a las reformas que defendían a la minoría musulmana.
Sobre la política, Gandhi expresó las siguientes ideas, en ocasiones diferentes: “Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena”. “Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales”. “¿La civilización Occidental? Bueno, sería una excelente idea”. “La victoria obtenida violentamente equivale a la derrota”. “El verdadero desarme no podrá suceder hasta que las naciones del mundo no cesen de explotarse unas a otras”.
Respecto de su principal arma, la no violencia, Gandhi planteaba: “La humanidad no puede liberarse de la violencia más que por medio de la no violencia, que es la cima de la valentía”. “La fuerza no proviene de la capacidad física sino de una voluntad indomable”. “Hay muchas razones por las que vale la pena morir, pero ninguna por la que valga la pena matar”.
Cuando la Asamblea General de la ONU presentó la resolución para decretar el Día Internacional, el Ministro indio Anand Sharma, citó a Gandhi: “la no violencia es la mayor fuerza a la disposición de la humanidad. Es más poderosa que el arma de destrucción más poderosa concebida por el ingenio humano”.
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