Con el estreno de los primeros capítulos de la última temporada de The Crown viene mucha información sobre la que se había especulado, pero que solo eran versiones que no trascendieron de manera colectiva. El mismo Peter Morgan ya había visitado este cápitulo tan difícil para la monarquía británica: la muerte de la princesa Diana y Dodi Al-Fayed, sin entrar en detalles de cómo impactó a otros en la cinta The Queen.
En su momento, la extraordinaria cinta protagonizada por Helen Mirren y Michael Sheen (2006) se enfoca mucho en el dolor de una reina que piensa estar perdiendo el amor de su gente y tener que entender lo que Lady Di significaba para tantos. Ahora es eso y mucho más. Después de haberla visto les aseguro que habrá mucho debate respecto a ciertos personajes.
El más interesante para mí: Mohamed Al-Fayed, quien apenas falleció el pasado agosto. El padre de Dodi, dueño de
Harrods, la tienda más reconocida y de lujo en Londres, es presentado en esta historia como un ser humano con deseos de ser aceptado como igual en la sociedad británica. Siendo egipcio y musulmán no iba a ser una tarea sencilla para la familia en la que manda la gobernadora suprema de la iglesia anglicana. Lo que hacen Mohamed y Dodi en esta versión es distinto a lo que el mundo vio. No se los voy a narrar… no spoilers. Pero más allá de tantas teorías de conspiración respecto a las muertes de Diana y Dodi, lo que se plantea es mucho más interesante y delicado. Muy delicado en un mundo tan volátil.
No tengo que decirles lo extraordinarias que están Imelda Stauton como la reina, y Elizabeth Debicki, como Diana. Todo el elenco. Plantear teorías distintas de cómo sucedieron las cosas es una decisión importante por parte de Peter Morgan. Muchos se van a enojar. Y aún no llegamos a Harry y Meghan.
