En marzo, en las oficinas de Pixar, platicamos con casi todas las personas a cargo de los distintos departamentos que hacen realidad una película como Intensamente 2. Vimos los primeros 40 minutos de la cinta con muchos de ellos y era inevitable ver sus rostros. Al salir, les preguntamos en corto que si ellos mismos se imaginaban sus propias emociones enloqueciendo al compartir por primera vez un trabajo que les tomó al menos cuatro años con un grupo de personas de todo el mundo. Un rotundo sí con magníficos ejemplos fue la respuesta.
Hoy sabemos que Intensamente 2 es un éxito de épicas proporciones. Con el público, con la crítica, con nuestras emociones. Y da muchísimo gusto porque esto no es cualquier cosa. Fue un trabajo de amor y talento desbordado que ha sido comparado con decenas de producciones más de la compañía matriz; todas ellas han pasado por una crítica que tiene que ver con un lente político.
Que si lo woke, que si los remakes. Lo cierto es que, además de ese nuevo reto de cualquier producción de Disney, está el hecho de que hay que poblar y bien Disney+. De los cambios de la plataforma hablaremos mañana, pero hoy quiero darle una ovación de pie a Intensamente 2 porque dejó claro que pasarán meses antes de que pueda ser vista en cualquier lado que no sea la pantalla grande.
Hicimos más de 10 entrevistas, y prácticamente todas acababan con los creadores de la cinta pidiéndonos que comunicáramos ese mensaje: en cines. En cines. En cines. Bravo por eso, vale toda la pena del mundo. De por sí se volvió a disparar, ahora sí en Disney+ las vistas de Intensamente y del cortometraje La primera cita de Reily.
En estos tiempos, que una cinta obtenga buenos meses en el cine, que a principio de su segunda semana ya cruce los 500 millones de dólares y sea una fuerza positiva, debe ser una gran lección para las empresas de entretenimiento.
