El 8 de diciembre de 2014, en un acto soberano del Creador de todas las cosas, es llamado al apostolado el hermano Naasón Joaquín García. Al clarear el alba, en la intimidad de su oración y mientras buscaba consuelo debido al dolor profundo que padecía por el fin de los días de su padre, inició el diálogo con Dios de una forma que nunca había experimentado. En esa conversación, le fue revelada su misión y la naturaleza de su encargo. También le fue revelado que habría mucho dolor y que la iglesia que ahora dirigía, La Luz del Mundo, alcanzaría niveles de proyección y crecimiento inimaginables.
Entre el 8 y el 14 (algunos incluso antes de esos días y otros después del día 14 de diciembre de ese año), los miles y miles de creyentes de la Iglesia experimentaron de diversas formas, lo que se conoce en su lenguaje como la obra de Dios. La obra de Dios es el acto en el que, de manera inexplicable, algo sucede en el creyente: cree. Cree en Dios, en Jesucristo y en el que él ha elegido. Sin mediar intervención humana, lo místico y espiritual comienza a echar raíces en un ser espiritual que vive en el ser humano: el alma.
Este viernes pasado -justo el día 8- los miles y miles de creyentes de la Iglesia La Luz del Mundo se congregaron en sus lugares de oración para conmemorar, junto con el apóstol de Jesucristo, Naasón Joaquín García, nueve años de aquel momento en el que Dios lo llamara para dirigir los destinos de la Iglesia.
Con convicción y conocimiento de causa, los millones de feligreses escucharon con atención y llenos de felicidad y paz, la lectura de la misiva que escribió para ellos el apóstol de Jesucristo. Cada palabra transmitida traía consigo el mejor de los deseos expresados, el mayor de los sentimientos demostrados en esa perfecta unión y amor que se tienen, que se expresan, que los mantiene inquebrantables a pesar de la grotesca y vergonzosa campaña de desprestigio en su contra.
Estos nueve años, la Iglesia la Luz del Mundo ha experimentado un crecimiento impresionante y exponencial. Su presencia se extiende por primera vez a países como Bosnia-Herzegovina, en donde se han llevado a cabo las primeras actividades de proselitismo religioso, a cargo de la iglesia en Milán.
Tras nueve años de dirección apostólica del hermano Naasón Joaquín García, los miles y miles de creyentes han demostrado con su presencia que lo que los unió aquellos días de diciembre de 2014, permanece intacto en su corazón.