Andrés Manuel López Obrador ofendió a la nación panameña. Durante las últimas 48 horas, voces distintas dentro de ese país han manifestado airadamente la sensación de agravio impuesta por el Presidente de México.
Por ejemplo, Ernesto Balladares, ex presidente de Panamá, cuestionó la actitud de López Obrador y replicó que, aunque pequeño, Panamá “es un país digno y valiente”.
Las palabras pronunciadas por el mandatario mexicano en la conferencia mañanera del martes pasado incurrieron en al menos cinco errores reclamables.
Primero, López Obrador faltó al respeto a la ministra de asuntos exteriores de Panamá, Erika Mouynes, al equiparar su criterio y actuación como si proviniesen de la época y la cultura de la Santa Inquisición.
Segundo, recomendó a Mouynes leer a Graham Greene (escritor que, por cierto, despreció como ningún otro a Tabasco y sus habitantes) con tono condescendiente y desagradablemente paternalista.
Tercero, desestimó la inteligencia de la cancillería panameña y el personal de la ministra Mouynes al suponer que ella había sido víctima inocente de una campaña liderada por la politóloga mexicana Denise Dresser: ¡sujetos manipulables por poderes que no entienden y les trascienden!
Cuarto, acusó de conservadora a una mujer conocida en su país por su talante progresista y feminista.
Quinto, se atrevió a suponer públicamente que el presidente panameño, Laurentino Cortizo, no apoya las decisiones de su canciller. Con este argumento, abiertamente patriarcal, López Obrador habría intentado procurar la complicidad de su homólogo en contra de una mujer a la que señala por errada y fácilmente manejable.
El Presidente mexicano de plano no quiere entender la época que le está tocando vivir, donde las figuras masculinas vueltas héroes míticos como Omar Torrijos han sido rebasadas, igual que el trato tutelar y minusvalorante impuesto sobre las mujeres.
Zoom: Sorprende todavía más, porque ese sí es un valor que comprende, la intromisión majadera en los asuntos internos de Panamá y el rancio discurso de hermano mayor que López Obrador se atrevió a pronunciar.
@ricardomraphael
