Sociedad

Crímenes de la sinrazón

  • Historias negras
  • Crímenes de la sinrazón
  • Raúl Martínez

Cierto es que todas las tragedias duelen y más cuando son fatales; peor aún, cuando son por negligencia, descuido o irresponsabilidad. Aunque también hay víctimas de la inseguridad y sobre todo de la maldad humana.

Por desgracia, la pasada Semana Santa se tiñó de sangre, pero no por la crucifixión de Cristo, sino por la sangre inocente derramada por la perversidad de gente cobarde que se ensaña con sus víctimas, y enlutan y destrozan hogares.

Sus hijos la esperaban para cenar

Samantha era una madre de 26 años, quien el pasado 17 de abril fue víctima de la delincuencia en la Ciudad de México.

Como era su costumbre, al salir de trabajar en un negocio de comida ubicado en Perinorte, abordó una combi que la llevaría hasta Coacalco, Estado de México, donde con ansias en su casa la esperaban sus tres pequeños.

Eran aproximadamente las 21:00 cuando la combi arrancó con cuatro pasajeros más, pero en la siguiente esquina, dos hombres le hicieron la parada y subieron.

Una vez adentro, los sujetos sacaron sus pistolas y con palabras altisonantes amenazaron a los pasajeros y los despojaron de sus pertenencias.

Samantha llevaba en su bolso su celular y el dinero que utilizaría para comprar la cena de sus hijos.

Pero como se negó a entregarles el dinero y su teléfono, uno de los delincuentes le disparó en el pecho a sangre fría. Samantha murió sobre su asiento casi al instante.

Los asesinos huyeron; los pasajeros miraban la escena sangrienta, mientras en una humilde casa, tres niños esperaban a una madre que nunca regresaría.

Le roban a su bebita de ocho meses

Sí, también en los hospitales ronda la maldad. El pasado 14 de abril, María Magdalena Sánchez llegó al hospital General, en la alcaldía Cuauhtémoc, para visitar a su hermana internada.

Llevaba en brazos a su bebita de ocho meses y de la mano a su hijita de seis años; también la acompañaba su sobrino, quien cuidaría a los pequeños mientras ella subía al piso de la enferma.

Apenas habían transcurrido 30 minutos cuando el adolescente le llamó a su prima para decirle que una desconocida, como de 25 años, se ofreció a cuidar a la bebita, mientras él llevaba a la niña mayor al sanitario; pero al regresar, la mujer había desaparecido con Nancy, la bebé.

La madre se olvidó de su enferma y corrió gritando que le habían robado a su hijita. Como si hubiera perdido la razón, María Magdalena caminaba por las calles aledañas al hospital buscando a la ladrona.

Todo fue en vano. Denunciaron el robo de la infante, hablaron a los medios de comunicación para que le ayudaran a recuperar a su niña, se hicieron retratos hablados de la robachicos y la Policía difundió los datos de la infante raptada.

En pocas horas y gracias a los noticieros, la comunidad se enteró de la infamia. María Magdalena y sus familiares nunca perdieron la fe al implorar en sus plegarias que les devolvieran a la niña.

Y el Jueves Santo se hizo el milagro. Un sexagenario que se identificó como el casero de una pareja sin hijos puso en alerta a la Policía y les dijo que acudieran a Eje 2, No. 48, en Nezahualcóyotl, porque sus inquilinos repentinamente llegaron con una bebita.

Minutos después de la llamada, Estela y Antonio, ambos de 36 años, fueron detenidos y la pequeña Nancy rescatada.

La pareja confesó que habían pagado 3 mil pesos y una cadena de oro a una amiga por la bebita, a quien pensaban registrar como hija de ambos.

María Magdalena, bañada en lágrimas, recibió a su hijita en brazos.

Ella está feliz, pero a la vez triste porque su hermana murió casi a la misma hora que le devolvieron a Nancy. Paradojas de la vida.

Secuestran a la mamá y a su hijito lo abandonan en la calle

El pasado 25 de marzo, varios automovilistas se sorprendieron al ver que un niño de no más de 6 años deambulaba cerca del Centro Comercial Perisur.

Como ya era de noche lo auxiliaron y al preguntarle por sus padres, lloroso dijo que unos señores con pistola subieron a su camioneta y lo bajaron, pero huyeron con su mamá .

Con el niño bajo el cuidado de las autoridades, se supo que María del Rosario, la mamá, fue interceptada en una camioneta de la Comisión de Agua, donde viajaba con su hijo Bruno, y luego de forcejear, bajaron al menor y huyeron.

Los familiares dieron parte a la Policía y empezó la búsqueda, pero todo fue en vano. Cinco días después el cadáver de María del Rosario fue encontrado.

Gracias a las cámaras y a la investigación de la Policía, cuatro sujetos fueron detenidos y confesaron que su intención era solo robar la camioneta; por desgracia, la mujer los arañó y golpeó para defender a su hijo. Tras llevársela, esa misma noche la asesinaron.

Tres botones de muestra de una Semana Santa que ya no contagia paz ni siquiera cuando hay niños de por medio.

Hubo infinidad de tragedias: muchos muertos por accidentes viales y decenas de ejecutados. Otros más por el robo, la pasión o la venganza, como estos tres casos.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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