Cuando todo parecía que las “corcholatas” que están en campaña ilegal y adelantada iban solas para decidir al posible sucesor presidencial, surge dentro de la oposición en forma imprevista la figura de Xóchitl Gálvez Ruiz, una mujer entrona, de 60 años, de origen humilde, empoderada, qué pasó de vender gelatinas en la calle a convertirse en una exitosa profesionista producto de una beca y luego crear una gran empresa de tecnología. También incursionó en la política cuando los “head hunter” la recomendaron con Fox, donde creo lo que es hoy el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas; también fue delegada en la Miguel Hidalgo y hoy ejerce como senadora plurinominal del PAN.
En solo tres semanas se ha posicionado como una alternativa fresca frente a los acartonados e imitadores de AMLO, pues además no tiene cola que le pisen ni carga con los lastres del PRI, PAN Y PRD. Tiene una ventaja adicional, conecta: crea empatía con la gente de todos los niveles sociales en forma espontánea. De ahí la reacción virulenta del presidente y de los morenistas contra ella, que les vino a romper sus 70 “días de campo” y el plan de tener una sucesión sin sobresaltos.
En Morena el reto es llegar unidos a septiembre en su proceso interno para elegir con encuestas al “defensor de la 4T”. La unidad se está viendo seriamente amenazada ante las diferencias diarias que se están generando entre Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum. Destacando el sobregasto en promoción en espectaculares y bardas en todo el país.
En el Frente Amplio por México, siguen recibiendo inscripciones, ya participan Santiago Creel, Enrique de la Madrid, Gabriel Quadri, y la misma Xóchitl Gálvez, quienes tendrán que reunir 150 mil firmas, para luego participar en foros y debates, y definir a tres finalistas que participarán en una elección primaria con valor del 50 por ciento y el otro 50 por ciento será otra encuesta, para decidir al que será el precandidato de Va por México. Y faltaría conocer qué papel va a jugar Movimiento Ciudadano, que de acuerdo con su dirigente, Dante Delgado, lo definirá en diciembre.
Con Xóchitl Gálvez, la oposición parece salir de ese letargo en que estaba. El camino no lo tiene fácil, pero sin duda su participación es una bocanada de aire fresco ante la turbulencia de los tiempos.
