Desde Palacio Nacional volvemos a padecer el eterno mal de la corrupción, pero ahora,por siempre acompañada de la impunidad...
Como desde hace más de medio siglo, esos escándalos generan el descontento social, la autoridad los minimiza, promete castigo a los responsables y todo queda ahí, no pasa nada.
De los 7 mil 670 millones de pesos de la llamada Estafa Maestra, que involucró a once dependencias federales, ocho universidades y más de 50 funcionarios, en el sexenio de Enrique Peña Nieto, hoy se revela otro desfalco de esa administración, que hizo pagos multimillonarios a empresas internacionales, que obtuvieron contratos para la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, el NAIM, en Texcoco.
De acuerdo con lo publicado por Milenio, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó que muchas de estas compañías hicieron trabajos a medias, con retrasos y mal hechos, lo que implica daños patrimoniales por cerca de dos mil millones de pesos. Increíblemente, a cinco años de distancia, no se ha interpuesto denuncias para proceder contra los responsables y sancionarlos o, por lo menos, recuperar el dinero, que es de todos.
Y a ello, habrá que sumar lo contenido en más de 700 expedientes con irregularidades en 45 dependencias, que durante el sexenio pasado, sumaron más de 30 mil millones de pesos. Pero nadie dice nada.
López Obrador nos vendió la idea de que se perseguiría y erradicaría la corrupción, pero, al final vino el pacto de impunidad, que se escudó en la frase “no soy partidario de la venganza”, como si la corrupción lo hubiese afectado a él en lo personal, cuando es una nación entera la ofendida con tal nivel de saqueo, que nunca debió pasarse por alto.
Pero además, la decepción total vino con la continuación de esas conductas inmorales, que ahora nos pretenden hacer pasar como inexistentes con el cuento de que quienes lo denuncian son adversarios o detractores del régimen; aunque, están acreditadas y documentadas. Justicia selectiva, pues.
¿Ejemplos? Muchos, y a destacar sin duda el fraude en Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), que alcanza por lo menos 10 mil millones de pesos, casi el doble de la estafa maestra y que lejos de ameritar la renuncia inmediata de su titular, Ignacio Ovalle y su puesta a disposición, fue premiado por el presidente con la Coordinación del Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (Inafed), dependiente de la Secretaría de Gobernación. Oculto y protegido.
Gobiernos van, gobiernos vienen, pero la corrupción se mantiene enquistada en todos los rincones de la patria, donde ya se ha vuelto una conducta normalizada, tolerada y hasta perdonada. Son recursos multimillonarios que deberían estar sacando de la pobreza a 57 millones de mexicanos y en cambio, se destinaron a enriquecer vilmente a políticos del pasado y del presente.
“No pasa nada”, pero México está eternamente sumido en el conformismo y el subdesarrollo porque no hemos aprendido a alzar la voz.
¿Quién pone orden en la casa?
@ramirezpaco