Es muy triste que una de las figuras LGBT+ más reconocidas en el mundo y que ha luchado de forma aguerrida en términos de visibilidad para nuestra comunidad, recientemente se vea envuelta en situaciones por demás desagradables. Una serie de ex empleados de Ellen DeGeneres se quejaron vía Twitter de sus acciones, mostrándola como una mujer prepotente y grosera. Es complicado tomar como fuente a un hilo de Twitter, pero las cosas cambian cuando un portal como Variety publica una nota con declaraciones de testigos sobre un conflicto laboral.
Más de 30 empleados que forman parte del staff de Ellen no recibieron comunicación en un mes sobre sus horas de trabajo o sobre su estado de salud, física o mental, confirmaron dos personas a la publicación, quienes prefirieron mantenerse en el anonimato. Cuando al fin recibieron una respuesta, se les notificó que su sueldo se reduciría en un 60%, aunque el show continúe al aire. Cabe mencionar que para la realización de los programas de Ellen desde su casa, se contrató a un equipo externo.
Además de lo económico, una de las cosas que más molesta a los afectados es la falta de comunicación directa de la cabeza de todo este proyecto: Ellen DeGeneres. Esto es un golpe directo a su credibilidad y ya llevamos varias advertencias de un comportamiento inadecuado. Ojalá DeGeneres responda con propiedad a esta situación, de lo contrario, cada vez va a ser más difícil creer en la veracidad de su buena energía en la pantalla.
