A pesar de los esfuerzos de la derecha y de grupos de conservadores, el Congreso de Puebla aprobó la despenalización del aborto en las primeras 12 semanas de gestación con lo que da un paso progresista en defensa de los derechos y las libertades para decidir.
Con esto suman ya 14 entidades federativas en el país que entran en esta circunstancia de priorizar las decisiones conscientes del individuo por encima de la represión, el castigo y la pena.
Apenas la semana pasada yo platicaba con una persona y comentaba que en lo personal no soy partidario del aborto, porque creo en el derecho a la vida, pero si soy respetuoso del libre albedrío de las personas para tomar las decisiones que más le convengan.
Y por ningún motivo esta legislación está promoviendo el aborto, para quienes cuestionan estos criterios, simplemente está evitando que mujeres que por algún motivo se vean en la necesidad de interrumpir su embarazo en ese periodo, sean encarceladas o presas como era hasta antes de estas leyes.
Tuve la oportunidad de trabajar al lado de la ex secretaria de gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien por cierto cumple años hoy, por lo que más allá de mi opinión personal acerca de las libertades, aprendí de una de las mejores ministras de este país que con argumentos humanos y jurídicos contundentes en muchas ocasiones explicó delante de mí porque debería prosperar la ley como la que se aprobó ayer en Puebla.
No se trata de estar a favor o en contra del aborto, decía, sino de evitar que las mujeres sean llevadas a prisión por tomar una decisión sobre su cuerpo y su salud, haciéndolo muchas veces en la insalubridad del clandestinaje.
Por ello creo que este tema igual que otros similares no son del terreno moral y mucho menos religioso, sino del humanismo que concede a las personas la libre decisión y determinación en sus actos.
No se trata de agendas ideológicas como quieren hacerlo parecer sino de progreso en la aplicación de la justicia con sentido humano.
Bien por Puebla.
