En las últimas horas, se han presentado en la ciudad una serie de incidentes que involucran a diferentes sectores y agrupaciones de la sociedad poblana, donde utilizan la violencia para expresar sus inconformidades de manera errónea. Aunque tuvieran razón en el fondo, se equivocan en las formas y ante la opinión pública eso desacredita sus reclamos.
Me refiero a las protestas de comerciantes de la organización 28 de Octubre que están molestos porque les quitaron su mina de oro, la cual indebidamente fue concedida en anteriores gobiernos a cambio de algunos favores.
De igual manera, los vendedores del Centro Histórico y su líder El Fede están enojados porque la autoridad municipal les retiró el control de las calles, donde no solo venden sus productos, sino que dejaron entrar a grupos criminales, según el vicealmirante Francisco Sánchez, titular de Seguridad Pública quien acaba de señalar que existen cuatro células delincuenciales que se disputan esa zona.
El pasado viernes por la noche acudí al partido de futbol entre los Rayados del Monterrey y el Puebla de la Franja, y por razones de trabajo llegué a contra reloj faltando unos minutos para que iniciara el encuentro.
Por ello no pude entrar al estacionamiento del estadio Cuauhtémoc y tuve que buscar un espacio en la colonia cercana, con el temor que ello representaba ante la posibilidad de ser víctima de la delincuencia.
Enseguida se me acercaron unos sujetos mal encarados para ofrecerme cuidar mi camioneta, y aunque no tenían buena facha, tampoco tenía muchas opciones. Por suerte una señora de edad avanzada me llevó frente a su casa donde la vigiló a cambio de 100 pesos.
En otro suceso ocurrido el domingo, una manifestación de mujeres terminó con la destrucción parcial de la fuente de San Miguel en pleno Zócalo de la capital, y tras arrestarlas salieron unas horas después, pidiendo trato de heroínas.
Apenas ayer, supuestas estudiantes de la Normal de Teteles primero bloquearon calles, y más tarde incendiaron una unidad de RUTA. En las imágenes que circulan en las redes, se observa a varios encapuchados arrojando piedras al camión, y enseguida le prenden fuego.
De acuerdo con sus demandas, piden la destitución del director y que les nieguen acceso a jóvenes de otras escuelas. Mal haría el gobierno estatal en ceder a las pretensiones de éste y otros grupos que buscan generar caos para lograr beneficios actuando al margen de la ley.
