En pleno Día del Niño (30 de abril), nos enteramos a través de las plataformas de Multimedios Puebla, sobre un intento de suplantación de identidad en la Beneficencia Española, el cual fue denunciado por la propia institución ante la Fiscalía General de Estado.
Resulta que han transcurrido dos semanas de los hechos, y la autoridad todavía no resuelve a cuál de las dos mujeres que dijeron ser madres del recién nacido deberá entregar al bebé.
Mientras eso sucede, la indefensa criatura sigue en los cuneros del hospital para recuperar peso, y madurar sus órganos vitales debido a que nació prematuro y desde el punto de vista médico así lo requiere.
Hasta ahora solo una persona que dijo ser el abuelo se ha presentado para liquidar el adeudo, pero los directivos de la institución se negaron a aceptar el pago mientras la autoridad no defina la paternidad.
Por lo visto al Ministerio Público tampoco le corre prisa por determinar mediante un estudio de ADN, cuál de las personas que lo reclaman son sus verdaderos padres, y de una vez por todas cerrar el caso dado a conocer por Multimedios Puebla de manera oportuna.
De no haberse publicado el caso, es probable que el recién nacido estaría en casa de quienes buscaron llevárselo desde un principio, ejerciendo presiones y amenazas a la Beneficencia, que actuó de manera correcta al dar parte al MP.
Ayer en entrevista con mi compañero Alberto Rueda, la fiscal Idamis Pastor detalló una serie de estadísticas sobre la baja en 14 delitos en la entidad, entre los cuales destaca la reducción en los feminicidios y el robo en diferentes modalidades.
Hasta ahí muy bien, pues estas cifras reflejan lo ocurrido en los primeros cuatro meses del año, y son buenas noticias para una comunidad agobiada por el incremento en la incidencia delictiva a nivel nacional.
Lo que la Fiscalía no debe olvidar es que en la Bene hay un infante que debe ser protegido, y tiene qué decidir a la brevedad posible lo mejor para que este ser indefenso llegue a manos de sus verdaderos progenitores y evitar la posible comisión de otro delito.
Se trata de procurar justicia y sobre todo el bienestar de un ser inocente, que merece tener una infancia rodeado de sus seres queridos.
