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"Deadpool 2" es casi un "show" de "stand up"

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  • "Deadpool 2" es casi un "show" de "stand up"
  • Maximiliano Torres

¿Sigue usted inconsolable por el final de Infinity War? Un remedio a la angustia por el futuro incierto del Universo Cinematográfico Marvel puede ser Deadpool 2. Turnada en esta ocasión al efervescente David Leitch (director de John Wick y Atomic Blonde), la secuela del mutante más impresentable de Marvel redobla el estilo con el que acertó hace dos años y, pese a ser laxa en valores de producción e historia, es consistentemente graciosa. Virtud que ocultará triunfalmente todas sus fallas.

Luego de sufrir una tragedia personal en la que cobrar venganza no le da tranquilidad suficiente, Wade Wilson (Ryan Reynolds) encuentra un nuevo propósito en tratar de salvar a Russell (el prometedor Julian Dennison de Hunt for the Wilderpeople), un adolescente con poderes sobrenaturales, quien es perseguido por Cable (Josh Brolin aportando su segundo villano ejemplar a Marvel). Además de Coloso y Negasonic Teenage Warhead, para esta misión reclutará a un escuadrón con una que otra habilidad sobrehumana y el infalible superpoder de hacer reír.

Hondeando fuerte la bandera del meta-humor, Deadpool 2 lanza su primer dardo al hecho de cómo, al igual que la suya, otras franquicias están usando la clasificación B15 como diferenciador. Pero aunque ahora haya más cintas que procuran al público adulto (Logan incluso obtuvo una nominación al Oscar por Mejor Guión con esta estrategia), la combinación de autorreferencias, autocrítica y autoparodia de Deadpool la mantienen en un sitio especial dentro de la sobreoferta de cine de cómics. Su valor agregado es funcionar como comentario editorial sobre el estado actual de la industria.

Usando la mitad de la mitad del tiempo que otros superhéroes requieren para plantear su argumento, el guión (en el que Ryan Reynolds también metió mano) arranca sólido, para luego ir olvidándose de dar continuidad a la acción. Combates entre protagonista y antagonista quedan inacabados para dar paso a situaciones que produzcan más chistes, el Cable de Josh Brolin tiene gran presencia aunque, como personaje, se siente subutilizado. La trama es vista como un requisito incómodo que hay que cumplir para acumular la mayor cantidad de one-liners. La trama es tan mínima que esto casi parece un show de stand up.

Cuarentona de corazón y veinteañera de actitud (esto lo digo en el mejor de los sentidos), la comedia de Deadpool 2 tiene abundantes referencias para aquellos de la generación X y, por cada alusión al cine o música de los ochenta/noventa, tiene gags atemporales y cinismo propio de los millennials.

En esa audiencia que concilia a varias generaciones, los mayores reconocerán en su premisa rasgos de Terminator (los menores, tiernamente, pensarán que la historia se parece a Looper) y a una comedia adelantada a su tiempo que se burló deliciosamente de los superhéroes: Mistery Men.

Negligente en guión y efectos visuales, que en otros casos le valdrían el reproche de la afición, Deadpool 2 deja claro que su superpoder es el carisma. Mención honorífica merece el reparto de caras nuevas o menos conocidas, como Zazie Beetz, Rob Delaney y Karan Soni. Su participación como el escuadrón reclutado para enfrentar a Cable es de los mejores clímax cómicos que veremos esta temporada.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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