El leer es uno de los mejores hábitos que puede tener un ser humano. Independientemente de la importancia de los contenidos, el simple hecho de leer aumenta la capacidad mental y neuronal de una persona. Ahora bien, si los contenidos que se leen contienen información valiosa, ya estamos teniendo doble beneficio.
¿Qué podemos considerar información valiosa? Toda aquella información con enfoque humanista, que describe los mecanismos de la ciencia, matemáticas, tecnología, arte, los fenómenos naturales, los fenómenos sociales, conciencia ambiental, la historia contada lo más objetivamente posible describiendo hechos con el menor número de adjetivos posibles, así como el manejo financiero y la inteligencia emocional.
Más allá de que estos contenidos son necesarios en todo programa de estudio, un buen maestro debe enseñar a sus alumnos a aprender, a pensar de manera crítica, a cuestionar e investigar, a ser curiosos. Un buen maestro debe enseñar al alumnado a poder analizar cualquier situación, determinar el problema y encontrar soluciones creativas.
A través de nuestra historia nacional se han querido imponer ideologías políticas y religiosas a alumnos que aún están desarrollando su intelecto y criterio. Esto ha sucedido en el ámbito privado y público de la educación.
No deben existir imposiciones, debe existir entendimiento, búsqueda de los gustos en cada persona y acompañamiento en encontrar el propósito de vida. Recientemente en el gobierno panista de Vicente Fox se eliminó la materia de civismo, asimismo durante la época de Calderón e inclusive de Peña Nieto se impusieron múltiples contenidos con carga religiosa y política, a pesar de que desde hace siglo y medio que somos constitucionalmente un Estado laico.
Son tantos miles de contenidos en los libros de texto gratuitos, que es evidente que existirán errores de forma y de fondo. Sin embargo, la campaña orquestada desde la derecha por desprestigiar sus contenidos está totalmente sesgada y con bases políticas para golpear al actual Gobierno.
No es la primera vez que la derecha intenta desinformar respecto a los libros de texto. En 1961 salieron a decir que los libros de Torres Bodet incitaban al comunismo, en 1972 criticaron que se abordaran cuestiones sexuales “que solamente deben ser abordadas por los padres de familia o la Iglesia”.
En un regreso a las épocas del dogma, ahora salen a criticar algo que ni siquiera han leído, diciendo que “exponen una educación sexual muy visual mostrando los órganos sexuales”.
No podemos seguir en época del dogma, por encima de la ciencia. La educación tiene que mejorar en aras de formar una mejor sociedad, avancemos.
