El año 2022 empieza con tres trancazos, de esos fuertes: gancho al hígado, otro directo a la mandíbula y el nocaut.
Las mañaneras siguen con su cantaleta de “que somos diferentes” “que los buenos y los malos” “que……..ufff”. Ya “Chale” (expresión coloquial).
El ataque al INE es perverso, al igual que al CIDE y a las instituciones educativas: universidades, institutos, tecnológicos y más. Parece que la “tribu, la más radical de la 4 T” tiene como consigna desbaratar todo lo que huela a educación, ciencia e independencia intelectual.
Muchos de esos radicales de la 4 T se beneficiaron por años de las instituciones educativas en donde ellos estudiaron con becas la licenciatura, maestría y doctorado. Muchos de ellos son profesores de universidades y pertenecen al Conacyt.
De eso se trataba, que el conocimiento aprendido por esos estudiantes que luego serían profesores se duplicará para que otros aprendieran a través de la enseñanza y que el conocimiento se transmitiera a las siguientes generaciones y así sucesivamente y funcionó hasta ahora.
La 4 T argumenta que hay corrupción en algunas instituciones, sí es que existe que lo demuestre, así de fácil, que se señale a la persona que lo hizo, pero con pruebas, no palabritas.
Lo que no se vale es destruir o tratar de acabar con la reputación de los académicos, de nuestras universidades y casas a de estudio que han dado la oportunidad de estudiar a millones de mexicanos entre ellos a los ahora intelectuales orgánicos del nuevo gobierno.
A México le ha costado décadas lograr tener instituciones independientes del poder ejecutivo, legislativo y judicial.
Hoy parece que la consigna es desaparecerlas.
Sí Morena ganó las elecciones fue por el INE, por su cuidado para que fuera un proceso limpio. Entonces hoy rige el dicho “Para mí sí, para ti no”.
Noooo señor, al INE, la UNAM, las universidades estatales, el CIDE, Estudios Históricos del INHA, El Instituto Mora, a los periodistas, académicos y todas las instituciones educativas mexicanas las tenemos que defender y se les debe respetar. Con la democracia no se juega.
A menos que se quiera desprestigiar al INE de cara a las elecciones 2024 y así tener la mesa servida para Morena.
El pasto está muy seco.
No juguemos con eso, en cualquier momento se puede incendiar.