Será porque soy veterano, pero que a Guadalajara le falte agua no me parece algo tan novedoso. Yo recuerdo (sin poder precisar el año), temporadas completas en las que el agua potable llegaba a las casas unos días sí, y otros no. O por horas en la noche, pero no durante el día. Y luego se restablecía el servicio. Y así, hasta que pasaban años y se repetía la historia.
La abundancia es cíclica, en un ritmo natural de la zona geográfica en la que vivimos. No en balde el dicho aquel de qué hay veces que el pato nada, y otra que ni agua bebe.
Lo que no es cíclico es el crecimiento de la zona metropolitana. Aquí apelo otra vez a la veteranía, para decir que me tocó la Guadalajara de antaño, con mucho menos extensión y, por supuesto, con menos gente. Y como la ciudad se convirtió en metrópolis, y la metrópolis avanza a megalópolis, pues el problema del abasto de agua irá creciendo, pues, aunque el año que viene llueva mucho y se llenen las presas, la demanda seguirá creciendo.
Lo que también recuerdo son los debates sobre el abasto de agua. En los inicios del periódico Público, hoy Milenio Jalisco, Diego Petersen organizó un foro en las instalaciones del diario sobre el tema. Participaron varios expertos, y realmente hubo discusión (que no pleito, conste). Había posturas encontradas que se podían dividir en dos: unos proponían una presa en la barranca de Huentitán (para que vean qué vieja es esa propuesta); y otros defendían la idea de reparar toda la infraestructura hidráulica de la ciudad para eficientar su distribución y, sobre todo, eliminar en lo más posible fugas de agua que, decían, equivalían a lo que se almacenaría en la hipotética presa. Al final el debate eran propuestas diferentes que, según entendí, necesitaban por fuerza inversiones multimillonarias. No era el dinero el dispenso, sino la manera de arreglar el problema.
Temo que hoy no haya solución, sino que incluso tampoco hay debate. La crisis económica y la pandemia nos distrajeron del tema, y ahora nos preocupa otra cosa. Hasta que llegó la falta de agua y nos obligó, aunque sea a fuerza, a retomar el asunto.
Mientras, debate o no, tendremos que hacernos a la idea de vivir racionamiento, y cuidar el agua.
Twitter: @baezamanuel
