Sé que algunos podrán no estar de acuerdo, pero la burocracia es un lastre terrible para los partidos políticos. Y cuando hablo de burocracia me refiero lo mismo a los directivos de los institutos políticos, como a muchos otros militantes que viven de su pasado y terminan siendo beneficiados por decisiones de sus dirigentes.
¿Por qué escribo esto? Porque resulta terriblemente frustrante ver cómo los burócratas de los partidos (todos) terminan devorando las ilusiones de militantes y simpatizantes al momento de quedarse con todo el pastel de las candidaturas plurinominales.
Veamos los ejemplos nacionales: En el frente Fuerza y Corazón por México, los presidentes de PAN, PRI y PRD encabezan las listas al Senado y diputaciones de cada partido. Alito Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano ya tienen lugar asegurado en la Cámara Alta. Aquí me queda la duda de si estos tres personajes trabajaron para la causa de su partido, o simplemente lo hicieron para segurarse ellos seis años de comodidad, fuero y buena dieta. Porque de estos tres, no encuentro ninguna aportación extraordinaria a la política nacional. Ninguna.
Y luego los otros. ¿Ricardo Anaya al Senado vía pluri? ¿En serio? Dudo que alguien pueda señalar algún aporte del queretano a la vida política nacional. O un enfoque especial al panismo mexicano. O una ley trascendental. Nada. Tendrá candidatura para lograr fuero y ya.
Y puedo seguir: Manlio Fabio Beltrones y su hija. Carolina Viggiano. Lily Téllez. Francisco Javier García Cabeza de Vaca. Y una enorme lista.
Y falta la de Morena y aliados, que seguramente se decantará bajo la misma lógica: dar a todos sus dirigentes y favorecidos los mejores lugares para que pueden seguir viviendo de la nómina pública.
La verdad es que me molesta. Uno pensaría que conforme pasan los años los partidos políticos irían formando políticos, renovando ideas, arriesgarse a entender a las nuevas generaciones de votantes. Pero no. La burocracia de los partidos está exclusivamente dedicada a trabajar por su sobrevivencia personal. No saben conseguir ingresos por otra vía que no sea la del servicio dizque público, y quieren vivir del presupuesto hasta retirarse. Son todos una decepción. Y se notará en las urnas.
