Algo que tengo muy presente son los recuerdos de aquellos días en donde mi padre me llevaba junto con sus alumnos a la Casa Hogar Leche y Miel AC que actualmente se encuentra ubicada en Ciudad Madero.
Recuerdo que a la edad de nueve años él pregunto si me gustaría donar mis juguetes y yo que en ese tiempo y debido a mi edad no tenía sentido del altruismo le dije que no. Pero en lugar de regañarme y gritarme que era una egoísta, mi papá fue muy inteligente a la hora de educarme y me hizo una invitación. “¿Te gustaría acompañarme?”
Ahora pienso que le dije que sí solo para sacarme el tema de encima; al siguiente día me llevó hasta la colonia Campbell y me presentó a todos esos niños a los que él cada que podía les llevaba donaciones y juguetes que recaudaba con sus alumnos.
Ese día cambió mi vida y mi forma de pensar por completo, así de la nada y a mis escasos nueve años, sin que mi padre me regañara y con solo compartir junto a ellos una tarde. Nunca olvidaré esas imágenes que hace 28 años ocurrieron frente a mí, nadie peleaba por quedarse con el más bonito, todos esperaban su juguete, todos compartían y estaban felices de que hayan ido a visitarlos.
Al terminar el día y regresar a casa tengo vivo el recuerdo de haber ido a buscar una caja debajo de mi cama y sacar mi colección de historietas de Barbie que durante años había coleccionado y que amaba tanto. En verdad quería quedarme con ellas hasta que fuera grande, pero hay cosas que no se pueden hacer en la vida porque serían un error y nos harían muy egoístas y esta fue una de ellas.
Decidí regalar la colección que más amaba gracias a lo que logró mi padre sin regaños, gracias a que me demostró cómo desapegarme de las cosas materiales y desde entonces trato de pensar más en los demás que en mí.
Hace tres días y gracias al buscador de Google encontré el número nuevo de la Casa Hogar Leche y Miel y así con esta misma historia pedí por favor hablar con la directora María Elena de la Garza quien tomó mi llamada y me dijo que recordaba a mi padre… Me hizo muy feliz. Hoy quiero hacer un llamado para ayudar a esta casa hogar, a que no desamparemos a estos niños. Tú puedes ayudarlos y el poder estar en tus manos, no lo dudes y llama al 833 126 58 60.
La vida debería estar llena de buenas obras. _